HISTORIA DEL FLAMENCO -Figuras señeras- Enrique Morente
"Yo soy una persona que me aburre cantar siempre igual y pienso que la ortodoxia hay que cogerla e inspirarse y desarrollarla para hacer cosas que inviten a hacer nuevo arte. "Estas palabras podemos considerarlas como la idea-fuerza de Morente puesta al servicio de su esfuerzo y lucha personal tendente a la renovación del cante, esfuerzo que ha cubierto una buena parte de su vida artística.
Enrique Morente Cotelo nació en Granada en el año 1942, realizando diversos oficios en su edad juvenil antes de dedicarse al cante como profesional. Empezó como niño cantor en la catedral de Granada, después trabajó de aprendiz tallista, de zapatero... No cuajó en ninguno de estos trabajos porque lo suyo era el cante. De forma que, en plena adolescencia, se trasladó a Madrid, que en aquellos años constituía el lugar donde se estaba produciendo lo que alguien ha llamado "el renacimiento del flamenco". En Madrid, el joven Morente se aproxima a los maestros del cante que estaban actuando en la capital; en ellos su enorme afición encontraría el caldo de cultivo que alimentaria su determinación de convertirse en figura del cante. La amistad y el magisterio de figuras como Pepe el de la Matrona, Bernardo el de los Lobitos, entre otros, fueron muy importantes para encaminar el cante de Morente por la senda de la más pura ortodoxia. Después todo fue perfección y refinamiento de su arte, asimilación progresiva del conocimiento de los entramados del cante, impulso que se convirtió posteriormente en una preocupación por la renovación de los estilos.
La década de los años sesenta constituye para Morente la época en que se sitúa en el mundo del flamenco en un lugar que poco a poco se iría reforzando con el prestigio que justamente fue adquiriendo. Ya en 1964 es contratado para actuar en el Pabellón Español de la Feria Mundial de Nueva York, formando parte del ballet de Marienma, y al año siguiente la Cátedra de Flamencología de Jerez le concede la Medalla de Honor, actuando en el Gran Festival celebrado en el teatro Villamarta junto a figuras del calibre de Terremoto, La Paquera y José Menese, entre otros. En el año 1966 realiza diversas giras por el extranjero (Europa, Japón...) y al año siguiente graba su primer disco. Importantes fueron como carta de presentación para los años primeros de su carrera los cinco discos grabados para el sello Hispavox entre los años 1967 a 1977: "Cante flamenco", "Cantes antiguos del flamenco", "Homenaje flamenco a Miguel Hernández", "Se hace camino al andar" y "Homaneja a D. Antonio Chacón". El tercero de los discos citados constituye la primera manifestación de Morente sobre lo que sería posteriormente algo que se repite en su extensa obra: dar entrada como letras de sus coplas a textos de los grandes poetas, tanto clásicos como contemporáneos. Después de Miguel Hernández vendrían los versos de Lorca, Machado, Bergamín, etc., a los que pondría voz Morente.
La década de los setenta constituye para el cantaor granadino su definitiva consagración, situándose en una posición que fue calificada como la de "maestro de la nueva generación del cante flamenco". Los recitales se multiplican. Se le concede por la Cátedra de Flamencología de Jerez el Premio Nacional de Cante (1972). Nuevas giras por el extranjero. Premio Nacional de Música Popular de España (1978) por su disco "Homenaje a D. Antonio Chacón". Y en esta plena dedicación a su profesión es en los años siguientes en los que esta actividad se diversifica y, sin tener conocimientos de composición, compone música para el teatro, para el cine y para televisión, imparte conferencias e indaga buscando nuevos caminos para el flamenco, inquietud ésta que ha concitado hacia él las más duras críticas del aficionado ortodoxo. Convertido en el eje de la polémica originada por la posición artística de renovación adoptada el cantaor ha aguantado, y sigue aguantando, un verdadero chaparrón dialéctico dirigido hacia la postura por él defendida.
Enrique Morente acompañado a la guitarra por Pepe Habichuela
Su imagen artística podía ser descrita en primer lugar por su dominio indiscutible del cante, contemplado desde la más pura ortodoxia, la calidad de su voz privilegiada, su gran obra realizada a través de una larga vida artística; nadie ha discutido estos grandes méritos de Morente. Pero a todo ello ha de unirse la tremenda inquietud del cantaor por explorar todas las posibilidades que el flamenco atesora, con vistas a darle un nuevo impulso ante los tiempos nuevos. Éste ha sido su gran reto que siempre se ha encontrado entre el aplauso de unos y las duras críticas de otros.
Ahorramos transcribir las glosas a su figura realizadas por expertos y escritores, que no han sido pocas y solo hacemos una excepción a este respecto. Un autor del prestigio de José Blas Vega dejó escrito lo siguiente en la presentación de uno de los primeros discos de Morentre ("Cantes antiguos del flamenco"): "Al presentar este nuevo disco de Enrique Morente no podemos decir que el cante se nos muere, como se empeñan ciertos críticos. Aunque Morente es el último de los incorporados, es uno de los que vemos con más posibilidades para marcar un futuro. En el arte de su cante quedan señaladas cualidades para lograr las más difíciles empresas. Para ello cuente con todas las condiciones necesarias, a saber: magnífica voz, con potencia y equilibrio para dominar agudos y graves. Ritmo y compás.". Blas Vega no se equivocó, pero el espíritu renovador de Morente afloró en su momento... y con él la polémica.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
Cantes antiguos del flamenco.-Hispavox, l996
Homenaje flamenco a Miguel Hernandez.- Hispavox, l97l
Esencias flamencas.-Audivis Ethnis, 1998
Homenaje a D,Antonio Chacón.- Hispavox, 1996
Negra, si tú supieras.- Nuevos Medios , 1992
Morente-Sabicas.- RCA, 1990.
Enrique Morente Cotelo nació en Granada en el año 1942, realizando diversos oficios en su edad juvenil antes de dedicarse al cante como profesional. Empezó como niño cantor en la catedral de Granada, después trabajó de aprendiz tallista, de zapatero... No cuajó en ninguno de estos trabajos porque lo suyo era el cante. De forma que, en plena adolescencia, se trasladó a Madrid, que en aquellos años constituía el lugar donde se estaba produciendo lo que alguien ha llamado "el renacimiento del flamenco". En Madrid, el joven Morente se aproxima a los maestros del cante que estaban actuando en la capital; en ellos su enorme afición encontraría el caldo de cultivo que alimentaria su determinación de convertirse en figura del cante. La amistad y el magisterio de figuras como Pepe el de la Matrona, Bernardo el de los Lobitos, entre otros, fueron muy importantes para encaminar el cante de Morente por la senda de la más pura ortodoxia. Después todo fue perfección y refinamiento de su arte, asimilación progresiva del conocimiento de los entramados del cante, impulso que se convirtió posteriormente en una preocupación por la renovación de los estilos.
Me aburre cantar siempre igual |
La década de los setenta constituye para el cantaor granadino su definitiva consagración, situándose en una posición que fue calificada como la de "maestro de la nueva generación del cante flamenco". Los recitales se multiplican. Se le concede por la Cátedra de Flamencología de Jerez el Premio Nacional de Cante (1972). Nuevas giras por el extranjero. Premio Nacional de Música Popular de España (1978) por su disco "Homenaje a D. Antonio Chacón". Y en esta plena dedicación a su profesión es en los años siguientes en los que esta actividad se diversifica y, sin tener conocimientos de composición, compone música para el teatro, para el cine y para televisión, imparte conferencias e indaga buscando nuevos caminos para el flamenco, inquietud ésta que ha concitado hacia él las más duras críticas del aficionado ortodoxo. Convertido en el eje de la polémica originada por la posición artística de renovación adoptada el cantaor ha aguantado, y sigue aguantando, un verdadero chaparrón dialéctico dirigido hacia la postura por él defendida.
Enrique Morente acompañado a la guitarra por Pepe Habichuela
Su imagen artística podía ser descrita en primer lugar por su dominio indiscutible del cante, contemplado desde la más pura ortodoxia, la calidad de su voz privilegiada, su gran obra realizada a través de una larga vida artística; nadie ha discutido estos grandes méritos de Morente. Pero a todo ello ha de unirse la tremenda inquietud del cantaor por explorar todas las posibilidades que el flamenco atesora, con vistas a darle un nuevo impulso ante los tiempos nuevos. Éste ha sido su gran reto que siempre se ha encontrado entre el aplauso de unos y las duras críticas de otros.
Ahorramos transcribir las glosas a su figura realizadas por expertos y escritores, que no han sido pocas y solo hacemos una excepción a este respecto. Un autor del prestigio de José Blas Vega dejó escrito lo siguiente en la presentación de uno de los primeros discos de Morentre ("Cantes antiguos del flamenco"): "Al presentar este nuevo disco de Enrique Morente no podemos decir que el cante se nos muere, como se empeñan ciertos críticos. Aunque Morente es el último de los incorporados, es uno de los que vemos con más posibilidades para marcar un futuro. En el arte de su cante quedan señaladas cualidades para lograr las más difíciles empresas. Para ello cuente con todas las condiciones necesarias, a saber: magnífica voz, con potencia y equilibrio para dominar agudos y graves. Ritmo y compás.". Blas Vega no se equivocó, pero el espíritu renovador de Morente afloró en su momento... y con él la polémica.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
Cantes antiguos del flamenco.-Hispavox, l996
Homenaje flamenco a Miguel Hernandez.- Hispavox, l97l
Esencias flamencas.-Audivis Ethnis, 1998
Homenaje a D,Antonio Chacón.- Hispavox, 1996
Negra, si tú supieras.- Nuevos Medios , 1992
Morente-Sabicas.- RCA, 1990.
Guitarra: Manolo Sanlúcar
Guitarra: Manolo Sanlúcar
Guitarra: Manolo Sanlúcar
Etiquetas: Historia del Flamenco -Figuras señeras- Enrique Morente
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