Diego Amador Fernandez "DIEGO AMADOR"
FLAMENCO
Diego Amador Fernandez
"DIEGO AMADOR"
Diego Amador (Sevilla, 1973). Multinstrumentista, cantante y compositor.
Diego Amador, El Churri, es el hermano menor de Raimundo y Rafael, fundadores de Pata Negra. Comenzó su carrera profesional colaborando con ellos, pero también se deja oír con Potito, Pedro Sierra, La Susi y otros. Creó un cuarteto llamado Patita Negra que no llegó a durar un año (1994). Su verdadera carrera estaba en solitario. "El aire de lo puro" (2001) muestra un estilo como compositor y cantante, del que se retracta en "Piano jondo" (2003), "el disco de piano que siempre quise hacer". Este último álbum redescubre a Diego Amador como un músico maduro, en el que la convivencia entre el jazz y el flamenco más rancio crea un estilo "sui generis" que rompe moldes mundialmente. Como músico polifacético que es, forma parte de la banda de Tomatito, con el bajo eleéctrico y la mandola.
Diego Amador, El Churri, es el hermano menor de Raimundo y Rafael, fundadores de Pata Negra. Comenzó su carrera profesional colaborando con ellos, pero también se deja oír con Potito, Pedro Sierra, La Susi y otros. Creó un cuarteto llamado Patita Negra que no llegó a durar un año (1994). Su verdadera carrera estaba en solitario. "El aire de lo puro" (2001) muestra un estilo como compositor y cantante, del que se retracta en "Piano jondo" (2003), "el disco de piano que siempre quise hacer". Este último álbum redescubre a Diego Amador como un músico maduro, en el que la convivencia entre el jazz y el flamenco más rancio crea un estilo "sui generis" que rompe moldes mundialmente. Como músico polifacético que es, forma parte de la banda de Tomatito, con el bajo eleéctrico y la mandola.
Se ha publicado de él (Diario El Pais)
Un monstruo raro y único
MIQUEL JURADO 16 SEP 2012 - 17:20 CET
Si Diego Amador jugara al fútbol, estaríamos hablando de un crack de esos que se pelean por las botas doradas. Pero no juega al fútbol, como mínimo que se sepa: su actividad profesional se centra en el flamenco, así que, para utilizar una jerga más adecuada, tendríamos que hablar de monstruo. Claro que tampoco se trata de un monstruo al uso porque el menor de los Amador toca el piano, y eso, en cosas de flamenco, ya le convierte en un monstruo algo raro, y como además le gusta el jazz y lo demuestra constantemente, es un ejemplar único en su especie.
Un músico como Diego Amador —lo de El Churri es ya cosa del pasado— tendría que llenar polideportivos, pero tal como están las cosas, se tiene que conformar con actuar en pequeños locales. Eso sí, cuando enciende la mecha aquello explota en mil pedazos y no hay aficionado (o no) al flamenco o al jazz que pueda resistirse.
El viernes por la noche, en El Tablao de Carmen, Diego Amador lo puso todo patas arriba con uno de los conciertos más incendiarios que se recuerdan por estos pagos. ¿Flamenco, jazz, música contemporánea...? Tanto da, Amador se sienta ante el piano de cola y todo cambia a su alrededor. Una técnica sumamente personal (el sevillano es autodidacta) le permite exponer y compartir sin complejos todo lo que lleva dentro, huyendo de cualquier etiqueta. Puede permitírselo todo y se lo permite. El sentimiento más profundo, jondo muy jondo, es flamenco, totalmente flamenco, pero puede meter a Duke Ellington en una bulería, mezclar a Charlie Haden con Camarón, profundizar en la más pura de las tarantas, mecerse en un swing latino o recurrir a Cecil Taylor en una soleá por bulerías impecable.
Y además, Amador es un buen cantaor, de sentimiento desgarrado. No abusa de la voz, pero sabe colocarla en el momento adecuado: magia, magia pura.
En el local del Poble Espanyol, Amador prescindió de batería y se acompañó por un bajo eléctrico y su hijo a la percusión (esos Amador... 19 añitos y ya planta cara). Un trío perfectamente cohesionado al que se añadieron en dos temas dos de los bailarines habituales del local y, sobre todo, Piraña, que acabó haciendo diabluras con el cajón mientras Amador golpeaba las cuerdas del piano con dos macillos, un poco a lo Chick Corea pero sin perder nunca la bulería sobre la que caminaba.
“Soy un guitarrista que toca el piano; puedo hacer más cosas”
El artista inaugurará el 14 de septiembre el festival Carmen Amaya
MIQUEL JURADO Barcelona 9 SEP 2012 - 00:48 CET
El nombre de Carmen Amaya vuelve a invocarse con fuerza en su ciudad natal. El próximo 14 de septiembre se inaugurará la tercera edición del festival que lleva el nombre de la cantaora del Somorrostro con una presencia importante, la del pianista y cantaor Diego Amador, que, además, presentará públicamente su nuevo disco Live in Paris: Flamenco Jazz Tribute. El Festival Carmen Amaya es una propuesta de El Tablao de Carmen, en cuyo local del Poble Espanyol se realizan todas las actividades que este año, el tercero, incluirán conciertos de Juan de Juan (19 de octubre) y Josemi Carmona (1 de diciembre).
Diego Amador, conocido también como El Churri, (Sevilla 1973) es un espécimen raro: proviene de una familia de guitarristas flamencos, grandes guitarristas, pero ha preferido expresarse a través de un instrumento inicialmente poco flamenco: el piano. A pesar de ello, se declara guitarrista vocacional: “Soy un guitarrista que toca el piano”, afirma el sevillano. “A los siete años empecé con la guitarra, como mis hermanos, pero pronto me empezó a gustar el jazz y me pasaba el día oyendo a Duke Ellington, Chick Corea y Thelonious Monk. El piano me permitía imitar mejor los discos que oía que la guitarra. Pasé mucho tiempo alejado del flamenco, bueno, alejado no porque estaba en mi interior, pero solo hacía jazz. Un día, con el piano, me di cuenta de que estaba tocando una bulería y pensando que tocaba una guitarra. Pienso en guitarra, pero le he echado muchas más horas al piano y me resulta más cómodo, puedo hacer más cosas”.
El piano es su instrumento principal y el flamenco su primera música, pero Diego Amador elude las etiquetas. “Me suelen preguntar por el piano flamenco y yo respondo que no existe. Existe el músico que toca el piano y ese puede ser flamenco o no y si es flamenco lo será aunque toque la zambomba”. Diego Amador saltó a los escenarios a los 11 años tocando la batería en la histórica banda de sus hermanos, Pata Negra, y, posteriormente, ha formado parte del grupo de Tomatito como bajista eléctrico. “Me gustan todos los instrumentos”. Y la voz, Amador es un consumado cantaor. “Mi padre, antes de enseñarnos a tocar la guitarra, nos enseñaba a cantar porque todo guitarrista flamenco ha de saber cantar”, afirma. “A la gente le encanta cuando, en medio de un tema, abres la boca para cantar, agradecen que haya una letra”.
El nuevo disco de Diego Amador se acerca a su parcela más jazzística tanto en la forma, un trío piano-bajo-batería, como en el fondo con homenajes a sus mentores en ese campo: Ellington, Corea, Charlie Haden, Bill Evans, sin olvidar, por supuesto a Camarón y Paco de Lucía. “Es un disco para el mundo que no va dirigido ni a los que solo les gusta el flamenco ni a los que solo les gusta el jazz”. Grabado en directo en París (“mi técnico lo graba todo y cuando escuchamos este concierto, la verdad es que nos gustó”), se trata de un CD autoeditado por el propio pianista. “La cosa era sacarlo porque en los conciertos la gente nos preguntaba y, tal como están las cosas, no es un disco para una discográfica, no es algo que vaya a sonar en la radio. Sigo creyendo en las discográficas, pero para productos más comerciales. Para cosas como la mía, el futuro es la autoproducción. El panorama está muy chungo y pasa igual con los conciertos. Han bajado mucho y antes te pagaban y ahora a menudo tenemos que ir a taquilla. De todas formas, yo funciono más por el circuito cultural que por el comercial. Hago muchas cosas con el Instituto Cervantes, trabajo mucho por ahí afuera”.
El propio Amador reconoce que su música se entiende mejor en el extranjero aunque añora los olés de los recintos flamencos. En su periplo internacional ha tocado con músicos como Pat Metheny, Corea y Haden y ahora prepara una nueva gira por EE UU.
Abrirse a otras músicas y otros músicos es su realidad cotidiana. “Tengo el flamenco en mi interior, pero me gusta la música bien hecha venga de donde venga. Como decía el maestro José Monge Cruz, la música es feeling y te llega o no. A veces los flamencos se cierran en su tradición y así no se puede crecer”.
El nombre de Carmen Amaya vuelve a invocarse con fuerza en su ciudad natal. El próximo 14 de septiembre se inaugurará la tercera edición del festival que lleva el nombre de la cantaora del Somorrostro con una presencia importante, la del pianista y cantaor Diego Amador, que, además, presentará públicamente su nuevo disco Live in Paris: Flamenco Jazz Tribute. El Festival Carmen Amaya es una propuesta de El Tablao de Carmen, en cuyo local del Poble Espanyol se realizan todas las actividades que este año, el tercero, incluirán conciertos de Juan de Juan (19 de octubre) y Josemi Carmona (1 de diciembre).
Diego Amador, conocido también como El Churri, (Sevilla 1973) es un espécimen raro: proviene de una familia de guitarristas flamencos, grandes guitarristas, pero ha preferido expresarse a través de un instrumento inicialmente poco flamenco: el piano. A pesar de ello, se declara guitarrista vocacional: “Soy un guitarrista que toca el piano”, afirma el sevillano. “A los siete años empecé con la guitarra, como mis hermanos, pero pronto me empezó a gustar el jazz y me pasaba el día oyendo a Duke Ellington, Chick Corea y Thelonious Monk. El piano me permitía imitar mejor los discos que oía que la guitarra. Pasé mucho tiempo alejado del flamenco, bueno, alejado no porque estaba en mi interior, pero solo hacía jazz. Un día, con el piano, me di cuenta de que estaba tocando una bulería y pensando que tocaba una guitarra. Pienso en guitarra, pero le he echado muchas más horas al piano y me resulta más cómodo, puedo hacer más cosas”.
El piano es su instrumento principal y el flamenco su primera música, pero Diego Amador elude las etiquetas. “Me suelen preguntar por el piano flamenco y yo respondo que no existe. Existe el músico que toca el piano y ese puede ser flamenco o no y si es flamenco lo será aunque toque la zambomba”. Diego Amador saltó a los escenarios a los 11 años tocando la batería en la histórica banda de sus hermanos, Pata Negra, y, posteriormente, ha formado parte del grupo de Tomatito como bajista eléctrico. “Me gustan todos los instrumentos”. Y la voz, Amador es un consumado cantaor. “Mi padre, antes de enseñarnos a tocar la guitarra, nos enseñaba a cantar porque todo guitarrista flamenco ha de saber cantar”, afirma. “A la gente le encanta cuando, en medio de un tema, abres la boca para cantar, agradecen que haya una letra”.
El nuevo disco de Diego Amador se acerca a su parcela más jazzística tanto en la forma, un trío piano-bajo-batería, como en el fondo con homenajes a sus mentores en ese campo: Ellington, Corea, Charlie Haden, Bill Evans, sin olvidar, por supuesto a Camarón y Paco de Lucía. “Es un disco para el mundo que no va dirigido ni a los que solo les gusta el flamenco ni a los que solo les gusta el jazz”. Grabado en directo en París (“mi técnico lo graba todo y cuando escuchamos este concierto, la verdad es que nos gustó”), se trata de un CD autoeditado por el propio pianista. “La cosa era sacarlo porque en los conciertos la gente nos preguntaba y, tal como están las cosas, no es un disco para una discográfica, no es algo que vaya a sonar en la radio. Sigo creyendo en las discográficas, pero para productos más comerciales. Para cosas como la mía, el futuro es la autoproducción. El panorama está muy chungo y pasa igual con los conciertos. Han bajado mucho y antes te pagaban y ahora a menudo tenemos que ir a taquilla. De todas formas, yo funciono más por el circuito cultural que por el comercial. Hago muchas cosas con el Instituto Cervantes, trabajo mucho por ahí afuera”.
El propio Amador reconoce que su música se entiende mejor en el extranjero aunque añora los olés de los recintos flamencos. En su periplo internacional ha tocado con músicos como Pat Metheny, Corea y Haden y ahora prepara una nueva gira por EE UU.
Abrirse a otras músicas y otros músicos es su realidad cotidiana. “Tengo el flamenco en mi interior, pero me gusta la música bien hecha venga de donde venga. Como decía el maestro José Monge Cruz, la música es feeling y te llega o no. A veces los flamencos se cierran en su tradición y así no se puede crecer”.
El nombre de Carmen Amaya vuelve a invocarse con fuerza en su ciudad natal. El próximo 14 de septiembre se inaugurará la tercera edición del festival que lleva el nombre de la cantaora del Somorrostro con una presencia importante, la del pianista y cantaor Diego Amador, que, además, presentará públicamente su nuevo disco Live in Paris: Flamenco Jazz Tribute. El Festival Carmen Amaya es una propuesta de El Tablao de Carmen, en cuyo local del Poble Espanyol se realizan todas las actividades que este año, el tercero, incluirán conciertos de Juan de Juan (19 de octubre) y Josemi Carmona (1 de diciembre).
Diego Amador, conocido también como El Churri, (Sevilla 1973) es un espécimen raro: proviene de una familia de guitarristas flamencos, grandes guitarristas, pero ha preferido expresarse a través de un instrumento inicialmente poco flamenco: el piano. A pesar de ello, se declara guitarrista vocacional: “Soy un guitarrista que toca el piano”, afirma el sevillano. “A los siete años empecé con la guitarra, como mis hermanos, pero pronto me empezó a gustar el jazz y me pasaba el día oyendo a Duke Ellington, Chick Corea y Thelonious Monk. El piano me permitía imitar mejor los discos que oía que la guitarra. Pasé mucho tiempo alejado del flamenco, bueno, alejado no porque estaba en mi interior, pero solo hacía jazz. Un día, con el piano, me di cuenta de que estaba tocando una bulería y pensando que tocaba una guitarra. Pienso en guitarra, pero le he echado muchas más horas al piano y me resulta más cómodo, puedo hacer más cosas”.
El piano es su instrumento principal y el flamenco su primera música, pero Diego Amador elude las etiquetas. “Me suelen preguntar por el piano flamenco y yo respondo que no existe. Existe el músico que toca el piano y ese puede ser flamenco o no y si es flamenco lo será aunque toque la zambomba”. Diego Amador saltó a los escenarios a los 11 años tocando la batería en la histórica banda de sus hermanos, Pata Negra, y, posteriormente, ha formado parte del grupo de Tomatito como bajista eléctrico. “Me gustan todos los instrumentos”. Y la voz, Amador es un consumado cantaor. “Mi padre, antes de enseñarnos a tocar la guitarra, nos enseñaba a cantar porque todo guitarrista flamenco ha de saber cantar”, afirma. “A la gente le encanta cuando, en medio de un tema, abres la boca para cantar, agradecen que haya una letra”.
El nuevo disco de Diego Amador se acerca a su parcela más jazzística tanto en la forma, un trío piano-bajo-batería, como en el fondo con homenajes a sus mentores en ese campo: Ellington, Corea, Charlie Haden, Bill Evans, sin olvidar, por supuesto a Camarón y Paco de Lucía. “Es un disco para el mundo que no va dirigido ni a los que solo les gusta el flamenco ni a los que solo les gusta el jazz”. Grabado en directo en París (“mi técnico lo graba todo y cuando escuchamos este concierto, la verdad es que nos gustó”), se trata de un CD autoeditado por el propio pianista. “La cosa era sacarlo porque en los conciertos la gente nos preguntaba y, tal como están las cosas, no es un disco para una discográfica, no es algo que vaya a sonar en la radio. Sigo creyendo en las discográficas, pero para productos más comerciales. Para cosas como la mía, el futuro es la autoproducción. El panorama está muy chungo y pasa igual con los conciertos. Han bajado mucho y antes te pagaban y ahora a menudo tenemos que ir a taquilla. De todas formas, yo funciono más por el circuito cultural que por el comercial. Hago muchas cosas con el Instituto Cervantes, trabajo mucho por ahí afuera”.
El propio Amador reconoce que su música se entiende mejor en el extranjero aunque añora los olés de los recintos flamencos. En su periplo internacional ha tocado con músicos como Pat Metheny, Corea y Haden y ahora prepara una nueva gira por EE UU.
Abrirse a otras músicas y otros músicos es su realidad cotidiana. “Tengo el flamenco en mi interior, pero me gusta la música bien hecha venga de donde venga. Como decía el maestro José Monge Cruz, la música es feeling y te llega o no. A veces los flamencos se cierran en su tradición y así no se puede crecer”.
Piano jondo
ÁNGEL ÁLVAREZ CABALLERO 13 NOV 2005
Piano, contrabajo y cajón. Nada más, pero suficientes para crear un sonido denso, que bordea el jazz constantemente pero no deja de ser flamenco. Diego Amador lleva mucha música en su cabeza. Se sienta al piano y empieza a pulsar teclas con mucha jondura, con mucha sapiencia. El piano flamenco ha tenido y tiene una trayectoria irregular en la historia de este arte. El piano de Diego Amador es de los más afortunados que hemos oído.
Los palos flamencos fueron sucediéndose en el toque de Diego Amador, un toque complejo que no dejaba muchas veces claro qué era lo que oíamos. La taranta, la soleá, las bulerías... Diego añadía con frecuencia la voz, su voz flamenquísima y oscura. Ello ayudaba al ritual flamenco de forma decisiva. También el contrabajo, y sobre todo el cajón, que tuvo partes de absoluto virtuosismo en las manos de Luis Amador. Pocas veces un trío ha conseguido sonidos tan absolutamente flamencos y gratificantes. El número final, con Diego tocando las cuerdas del piano directamente, sobraba: fue un alarde que nada nuevo añadía y sí mucho efectismo artificioso. Pero ello no restó eficacia al concierto en general.
Trio Piano JondoDiego Amador (piano), Miguel Vargas (contrabajo) y Luis Amador (cajón). Centro Cultural de la Villa. Madrid, 11 de noviembre.
Una productora sevillana crea un ciclo flamenco en México
Esperanza Fernández, Juan de Juan y Diego Amador estarán en el DF
MARGOT MOLINA Sevilla 12 JUN 2008
La cantaora Esperanza Fernández, el bailaor Juan de Juan y el pianista y cantaor Diego Amador protagonizarán la primera edición de un festival flamenco que nace en Ciudad de México. La cita, que será del 20 al 22 de este mes, se llama Presencia Flamenca y es una iniciativa privada de la productora Kulturama, con Ana Roncero al frente, que tiene previsto extenderse a otros países de América Latina.
La aventura parte de una idea que Roncero le presentó al Ministerio de Cultura en 2006, un proyecto llamado América Flamenca que contaba con las bendiciones de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco e incluía festivales en seis países, pero que nunca se realizó. Desde entonces, Ana Roncero no ha cejado en su empeño para conseguir que "el flamenco esté en los mejores teatros de Latinoamérica", comenta esta sevillana nacida en Jaén en 1971 y que antes de dedicarse a la gestión cultural ha sido actriz.
"La iniciativa partió del Gobierno del Distrito Federal. Ellos se pusieron en contacto conmigo porque conocían el proyecto de América Flamenca y querían ofrecer un ciclo flamenco de calidad en el Teatro de la Ciudad, uno de sus escenarios con más tradición. La idea, por ambas partes, es que el festival tenga continuidad", explica la responsable de Kulturama.
"En México tienen el flamenco como algo propio, gracias a parte de la familia de la bailaora Carmen Amaya que se quedó allí y echó raíces. Aunque su flamenco es más ligero, más festivo, y ellos ansían acercarse a lo jondo, a la raíz que hay en Andalucía", comenta Ana Roncero. El festival comenzará el próximo día 20 con el piano y la voz de Diego Amador, acompañado por la percusión de Israel Varela y el contrabajo de Chechu Sierra. El bailaor Juan de Juan estará el día 21 acompañado al cante por Dolores Molina y Juan Manzano; mientras que Esperanza Fernández cerrará el ciclo con Juan Diego Mateos a la guitarra.
Diego Amador (Pellizcos flamencos)
Diego Amador por Bulerías
Diego Amador -El Mozart Gitano-
Diego Amador -En Casa Patas- Pellizcos
Diego Amador -En Casa Patas- Pellizcos 2
Diego Amador -Bulería-
Diego Amador -Calle las flores-
Diego Amador -Al latín-
Diego Amador -Cartagenera y Bulerías-
Diego Amador-Tanguillos
Etiquetas: Diego Amador Fernandez DIEGO AMADOR
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