GEOGRAFÍA DEL FLAMENCO Córdoba
flamenco
Córdoba

Cuando se habla de los cantes de Córdoba se los presenta como formas derivadas o diferenciadas de cantes matrices, y así se citan las soleares cordobesas, alegrías cordobesas… Esta idea ha sido rebatida por algunos expertos, reconociendo a estos cantes cordobeses su carácter propio y su clara diferenciación de lo que se ha llamado cantes matrices. Ángel Alvarez Caballero considera que no hay una soleá autóctona cordobesa, sino que el cantaor cordobés Onofre adaptó la versión de la soleá de "un mediocre cantaor trianero llamado Ramón el Ollero que Córdoba modeló y adaptó a su peculiar manera de sentir y expresar el cante". Por contra, Francisco González ("Rito y geografía del Cante"), nos dice que la soleá "tan distinta según la localidad geográfica, es secularmente cordobesa".
Lo importante, creemos, no es cuando la soleá se hizo cordobesa, sino que, de acuerdo con el carácter cordobés, se la reconoce unánimemente como sentenciosa, filosófica, con cadencias y silencios en su estructura musical que la hacen atrayente y evocadora. Y ahí queda este ejemplo:
No preguntes por saber
que el tiempo te lo dirá
que no hay cosa más bonita
que saber sin preguntar.

Donde parece que hay acuerdo es en afirmar la existencia como cante propio cordobés del fandango, del que se citan tres variantes, todas ellas con fuerte personalidad cordobesa: el fandango de Lucena, el de Cabra y el de Puente Genil (al que también se le denomina "zángano"). Francisco González nos cita como intérpretes afamados de fandangos de Lucena a Rafael Rivas y a Dolores de la Huerta. El primero, que fue cantaor habitual en las fiestas del torero Lagartijo, recogía en las letras de sus fandangos expresiones picantes, burlescas y hasta desvergonzadas. Por el contrario, las coplas de Dolores de la Huerta tenían un contenido amoroso y sentimental, muy distinto del estilo de Rivas. El fandango de Cabra tuvo un intérprete muy caracterizado del cante flamenco, como fue el Niño de Cabra (Cayetano Muriel), que dio un giro muy personal al fandango de Lucena, convirtiéndolo en el fandango que lleva el nombre de su pueblo natal. Del mismo tronco, del fandango de Lucena, nace el fandango de Puente Genil o "zángano". Se ha definido a este cante como"especie de fandango ligero y bailable, con aires abandolaos"; como intérprete más caracterizado se cita a Pedro Lavado y, más modernamente, a Antonio Fernández (Fosforito).
Además de los citados, se consideran cantes con personalidad cordobesa, sobre todo desde el punto de vista de autores de esta tierra, los siguientes: los cantes camperos o de labranza (Temporeras, Pajaronas, Trilleras, cantes de ara y de siega). También se resalta el sello cordobés en la saeta y la rosa.

Además de los ya citados, es justo mencionar otros representantes del flamenco cordobeses como José Bedmar Contreras "El Seco", de Puente Genil, Antonio Ranchal, Antonio Marquez "Navajitas", José Castrellanos "El Séneca", Rafael Mesa "El Guerra", Luis de Córdoba, El Pele… y el maestro Antonio Fernández (Fosforito).

Pedro Lavado -- (Fandangos de Lucena)
El Pele -Soleá-
Curro de Utrera Fandangos de Lucena
Juanito Maravillas - tus consejos yo seguí
Fandangos de Lucena Estilo de Cante - El Niño de Cabra-
Fostorito -Fandangos de Lucena
Pedro Lavado y Merengue de Córdoba "Zanganos de Puente Genil.".
Curro de Utrera Alegrias de Córdoba.

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