LA GUITARRA FLAMENCA Paco de Lucena (V)
FLAMENCO
LA GUITARRA FLAMENCA
Paco de Lucena (V)
Como puede apreciarse, en aquellos tiempos se interpretaban solos con la guitarra flamenca y, precisamente, Paco de Lucena está entre los primeros guitarristas que lo hicieron, como también se cita, en este sentido a Patiño y a Paco el Barbero. Fueron momentos en que los mejores guitarristas acompañantes alternaban esta labor con la de concertista.
La fama de Paco de Lucena se extendió rápidamente y Silverio Franconetti lo contrató para que actuara en su café.
Seguimos de nuevo a Fernando el de Triana: "¡Qué alboroto armó entre los tocaores! Algunos (no todos) comentaban que no sabía tocar ni para cantar ni para bailar; pero él, que tal vez se enteró de esas murmuraciones, la noche que decia: 'Voy a tocar un poco en el cuadro para hacer pulsación' no dejaba escuchar más guitarra que la suya".
No tuvo Paco de Lucena una larga carrera profesional, pero trabajó acompañando a los cataores más importantes de la época como fueron, entre otros, Juan Breva y Don Antonio Chacón.
Los antecedentes más remotos de la vida artística de Paco de Lucena los recogió Jesús Cruz Gutiérrez en el diario "Córdoba", en 1994, en el que refiere una actuación suya en el café "Recreo" de dicha ciudad, en diciembre de 1878, encuadrado en la "Compañia de Cantes y Bailes Andaluces". Fue tal el éxito del guitarrista acompañante que el público le pidió que tocase algunas piezas como solista.
Por esas fechas empezó a ofrecer conciertos en solitario. En 1879 actúa en el Café del Gran Capitán, de Córdoba, en un concierto benéfico para recaudar fondos con destino a pagar la cuota exigida para librarse del servicio militar. En ese mismo escenario volvió a tocar en 1885, junto a Juan Breva. En 189O, junto a su compañera "La Parrala", actuaba en París. Durante los años noventa estuvo en el Café de las Columnas, de Bilbao, con María y Juana "La Macarrona", "Fosforito" y otros destacados intérpretes.
Entre sus discípulos más relevantes se hallan "Niño de Morón" y Pepe Olmo, de los que se supone arranca la actual escuela guitarrística de Morón de la Frontera.
Un músico de la categoria de Andrés Segovia mostró una gran admiración hacia Paco de Lucena, de quien dijo: "Murió joven y dejó un recuerdo luminoso en el corazón de todos aquellos --hombres y mujeres-- que tuvieron contacto con él y le oyeron tocar. Yo no lo conocí. El emigró al paraiso de los cañís cuando yo solo tenia unos meses. Pero tres o cuatrro falsetas de soleares y seguiriyas me han llegado, que constituyen la prueba de la sencillez y emoción de su notable estilo".
Fernando el de Triana escriben su ya citada obra refiriéndose a Paco de Lucena: "Recorrió el mundo entero de triunfo en triunfo. Yo fuí cinco años consecutivos compañero suyo, siendo los dos solos empresa y artistas. ¡No quiero ni acordarme de sus últimos años!
La fama de Paco de Lucena se extendió rápidamente y Silverio Franconetti lo contrató para que actuara en su café.
Seguimos de nuevo a Fernando el de Triana: "¡Qué alboroto armó entre los tocaores! Algunos (no todos) comentaban que no sabía tocar ni para cantar ni para bailar; pero él, que tal vez se enteró de esas murmuraciones, la noche que decia: 'Voy a tocar un poco en el cuadro para hacer pulsación' no dejaba escuchar más guitarra que la suya".
No tuvo Paco de Lucena una larga carrera profesional, pero trabajó acompañando a los cataores más importantes de la época como fueron, entre otros, Juan Breva y Don Antonio Chacón.
Los antecedentes más remotos de la vida artística de Paco de Lucena los recogió Jesús Cruz Gutiérrez en el diario "Córdoba", en 1994, en el que refiere una actuación suya en el café "Recreo" de dicha ciudad, en diciembre de 1878, encuadrado en la "Compañia de Cantes y Bailes Andaluces". Fue tal el éxito del guitarrista acompañante que el público le pidió que tocase algunas piezas como solista.
Por esas fechas empezó a ofrecer conciertos en solitario. En 1879 actúa en el Café del Gran Capitán, de Córdoba, en un concierto benéfico para recaudar fondos con destino a pagar la cuota exigida para librarse del servicio militar. En ese mismo escenario volvió a tocar en 1885, junto a Juan Breva. En 189O, junto a su compañera "La Parrala", actuaba en París. Durante los años noventa estuvo en el Café de las Columnas, de Bilbao, con María y Juana "La Macarrona", "Fosforito" y otros destacados intérpretes.
Entre sus discípulos más relevantes se hallan "Niño de Morón" y Pepe Olmo, de los que se supone arranca la actual escuela guitarrística de Morón de la Frontera.
Un músico de la categoria de Andrés Segovia mostró una gran admiración hacia Paco de Lucena, de quien dijo: "Murió joven y dejó un recuerdo luminoso en el corazón de todos aquellos --hombres y mujeres-- que tuvieron contacto con él y le oyeron tocar. Yo no lo conocí. El emigró al paraiso de los cañís cuando yo solo tenia unos meses. Pero tres o cuatrro falsetas de soleares y seguiriyas me han llegado, que constituyen la prueba de la sencillez y emoción de su notable estilo".
Fernando el de Triana escriben su ya citada obra refiriéndose a Paco de Lucena: "Recorrió el mundo entero de triunfo en triunfo. Yo fuí cinco años consecutivos compañero suyo, siendo los dos solos empresa y artistas. ¡No quiero ni acordarme de sus últimos años!
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