lunes, 3 de octubre de 2011

LA GUITARRA FLAMENCA Paco de Lucena (I)



FLAMENCO

LA GUITARRA FLAMENCA

Paco de Lucena (I)

Francisco Díaz Fernández, cuyo nombre artístico fue "Paco de Lucena", nació el 1 de julio de 1859 en la ciudad de Lucena (Córdoba). Su padre fue un modesto trabajador del campo.

Después de aprender las primeras letras, y con el objeto de poder ayudar a la economia familiar, tuvo que pensar en el aprendizaje de algún oficio. A tal fin entró de aprendiz de barbero en la barberia del maestro Espinosa. Según cuenta Fernando el de Triana en su obra "Arte y Artistas Flamencos" al preguntarle su padre por qué habia elegido ese oficio el muchacho le contestó: "Porque el maestro Espinosa toca muy bien la guitarra, y yo quiero aprender a ser barbero y a tocar la guitarra, si el maestro quiere enseñarme".

En la citada obra Fernando el de Triana recoge los datos biográficos de Paco el de Lucena, ya que formó pareja artística con él y en esos datos y en la biografia que realizó el propio Paco vamos a apoyarnos en gran parte para exponer las vicisitudes que pasó el guitarrista de Lucena.

En los primeros años de su vida a Francisco Díaz Fernández se le apodó familiarmente como el "Lentejo", bautizado con este sobrenombre por su propio padre, en razón de que vino al mundo en pleno campo, cuando su madre dio a luz en el transcurso de una recolección de lentejas.

La ilusión de el "Lentejo" de ser aprendiz en la barberia del maestro Espinosa se vio compensada con creces. A ello contribuyó la simpatia que impartía el joven, hasta el punto de que los propios clientes de Espinosa influyeron sobre el maestro para que, además de admitirlo como ayudante de la barbería le diera las lecciones de guitara deseadas por el muchacho.

Al poco tiempo de recibir las lecciones de guitara el maestro había agotado el repertorio que podia ofrecer a su discípulo e incluso aún mejoraba las piezas que estaba aprendiendo "dándole otro rumbo más artístico y airoso".

Eusebio Rioja, en su biografía de Paco de Lucena, pone de manifiesto la afición que desde antiguo profesaban los barberos por la guitarra, hasta el punto de que, según su propia expresión, "en ninguno de sus locales faltaba la guitarra" y cita al poeta cordobés Luis de Góngora, que en uno de sus poemas hace referencia al barbero y su compañera la guitarra:

"En mi aposento
una guitarra tomo
que como barbero templo
y como barbero toco".
Horizonte Flamenco: El flamenco, historia, palos y protagonistas

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