LA GUITARRA FLAMENCA Niño Ricardo (V)
FLAMENCO
LA GUITARRA FLAMENCA
Niño Ricardo (V)
Humberto J. Wilkes, en lo que él denomina "El Triángulo" nos dice que antes del Niño Ricardo existian tres estilos importantes en el mundo de la guitarra flamenca, cuyos representantes personales se encarnaban en Javier Molina, Ramón Montoya y Manolo de Huelva. Wilkes resalta de Ramón Montoya su aportación de "una gran serie de ricos y complejos arpegios, aprovechando y ampliando las posibilidades del trémolo. Desarrolló muchos toques y creó nuevas armonías". De Manolo de Huelva destaca "su gracia, duende y sentido rítmico complementado por su técnica" y de Javier Molina "la aportación de bellas falsetas y modos de acompañar, debido a su extenso conocimiento del cante flamenco".
Niño Ricardo por Soleares -Sevilla es mi tierra-
Para Wilkes: "Ricardo asimiló lo mejor de este triángulo. Aprendió de ellos como maestros que eran y, como maestro, los superó. Se quedó con lo que podía enriquecerle, y le imprimió su estampa, su sello personal. Cuando Niño Ricardo integró las cualidades del triángulo, pudo liberarse y despegar, crear su propio estilo. Tenía entonces cuarenta años, poseía una base muy sólida y estaba interiormente maduro. De Javier Molina aprendió mucho para el acompañamiento. De Ramón Montoya sus armonías,arpegios y dulzura, pero luego dio más relieve a sus falsetas. De Manolo de Huelva tomó el ritmo, la gracia y ese aire tan especial, sobre todo por bulerias".
Anselmo Gonzalez Climent se ha referido al arte de Niño Ricardo en los términos siguientes: "Es el Niño Ricardo la síntesis convergente de la guitara clásica, del flamenco y la guitarra vertiginosamente evolucionada de la época moderna. En él resulta perfectamente armonizable la solemnidad y la esquematización sugestiva de Don Ramón Montoya con las más exquisitas aportaciones del toque actual, en el que precisamente Ricardo es poco más o menos amo y señor".
Para Wilkes: "Ricardo asimiló lo mejor de este triángulo. Aprendió de ellos como maestros que eran y, como maestro, los superó. Se quedó con lo que podía enriquecerle, y le imprimió su estampa, su sello personal. Cuando Niño Ricardo integró las cualidades del triángulo, pudo liberarse y despegar, crear su propio estilo. Tenía entonces cuarenta años, poseía una base muy sólida y estaba interiormente maduro. De Javier Molina aprendió mucho para el acompañamiento. De Ramón Montoya sus armonías,arpegios y dulzura, pero luego dio más relieve a sus falsetas. De Manolo de Huelva tomó el ritmo, la gracia y ese aire tan especial, sobre todo por bulerias".
Anselmo Gonzalez Climent se ha referido al arte de Niño Ricardo en los términos siguientes: "Es el Niño Ricardo la síntesis convergente de la guitara clásica, del flamenco y la guitarra vertiginosamente evolucionada de la época moderna. En él resulta perfectamente armonizable la solemnidad y la esquematización sugestiva de Don Ramón Montoya con las más exquisitas aportaciones del toque actual, en el que precisamente Ricardo es poco más o menos amo y señor".
Niño Ricardo - Bulerías
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