LA GUITARRA FLAMENCA Niño Ricardo (II)
FLAMENCO
LA GUITARRA FLAMENCA
Niño Ricardo (II)
Eugenio Rioja, en su obra conjunta con Norberto Torres "Niño de Ricardo", explica las consecuencias que para el futuro artístico de Manuel Serrapí tuvo la realización del trabajo que se vió obligado a realizar en su juventud en la empresa de muebles: "Otra de las deficiencias técnicas, posiblemente la más escandalosa, perceptible hasta por neófitos, es su áspero sonido. Un sonido personal, por lo frecuente e irremediable, que se ha dado en llamar como "arenisco".
Según parece, él mismo manifestaba que se debía a cierta debilidad patológica que sufrian sus uñas, a causa del oficio de charolista que ejerció en su pubertad. El contínuo baño de alcohol y goma laca a que se ven obligados los dedos de los barnizadores provocó la endeblez enfermiza de sus uñas, y por lo tanto la suciedad de su sonido.
Al joven guitarrista Manolo "El Carbonero" empezó a conocérsele en el mundillo flamenco y su actividad musical se fue extendiendo a otros cafés cantantes. Salía a pueblos cercanos cuando le avisaban para acompañar a cantaores de cierto renombre ya por esas fechas, como ocurría , por ejemplo, con el popular "Niño de Marchena".
Las dificultades de trabajo a que hacían frente los artistas que empezaban eran múltiples. Muchas veces actuaban en "ventas" y otras en lugares que se adecuaban provisionalmente para las reuniones de flamenco. Existe una grabación de Manolo Caracol titulada "Fiesta Jerezana (bulerias)" al que acompaña Niño Ricardo en la que Caracol dice: "Ole, Ricardo, vamos a acordarnos del chachi del Charco de la Pava", haciendo referencia al lugar de una actuación anterior de ambos.
Un medio de los artistas para obtener recursos económicos consistía en la "batea". Se trataba de obtener autorización de las autoridades locales para actuar en lugares públicos de cada pueblo y, una vez concluida la actuación, se pasaba una "batea" (bandeja) donde el público depositaba, en términos económicos, su voluntad. Existen unos fandangos grabados y en ellos Niño Ricardo acompaña a Pepe Marchena en los que el cantaor exclama como introducción al cante: "¡Ole Manolillo, acuérdate de las castañas!". Recordaba Marchena la actuación de ambos en el pueblo de Jabugo, en el que se tuvieron que alimentar sólo de castañas, por no permitir la escasa recaudación conseguida al pasar la "batea" mayores gastos.
La gran oportunidad para Manolo Serrapí ("El Carbonero") se presentó el día que le llamaron del "Novedades" para preguntarle si podia sustituir a Javier Molina, que se hallaba indispuesto. Fue el momento en el que abandonó toda actividad que no fuera la guitarra, aunque tuvo que superar días sin ganar lo suficiente para el propio sustento y dormir en condiciones precarias, donde la suerte le daparara. Tambien son los momentos en que tiene lugar una estrecha relación entre Manolo Serrapí y Javier Molina quien, lógicamente, influyó en la formación guitarrística del joven.
En una de esas salidas a los pueblos le escucharon la Niña de los Peines y su hermano Tomás Pavón, quienes se impresionaron favorablemente del toque de Manolo "El Carbonero" con sus dieciseis años. Fueron a hablar con su padre, que dió su conformidad para que trabajase con los hermanos Pavón. Para el recién bautizado "Niño Ricardo" fue una de las mayores alegrías de su vida.
Según parece, él mismo manifestaba que se debía a cierta debilidad patológica que sufrian sus uñas, a causa del oficio de charolista que ejerció en su pubertad. El contínuo baño de alcohol y goma laca a que se ven obligados los dedos de los barnizadores provocó la endeblez enfermiza de sus uñas, y por lo tanto la suciedad de su sonido.
Antonio Molina y Niño Ricardo por Bulerías
Las dificultades de trabajo a que hacían frente los artistas que empezaban eran múltiples. Muchas veces actuaban en "ventas" y otras en lugares que se adecuaban provisionalmente para las reuniones de flamenco. Existe una grabación de Manolo Caracol titulada "Fiesta Jerezana (bulerias)" al que acompaña Niño Ricardo en la que Caracol dice: "Ole, Ricardo, vamos a acordarnos del chachi del Charco de la Pava", haciendo referencia al lugar de una actuación anterior de ambos.
Un medio de los artistas para obtener recursos económicos consistía en la "batea". Se trataba de obtener autorización de las autoridades locales para actuar en lugares públicos de cada pueblo y, una vez concluida la actuación, se pasaba una "batea" (bandeja) donde el público depositaba, en términos económicos, su voluntad. Existen unos fandangos grabados y en ellos Niño Ricardo acompaña a Pepe Marchena en los que el cantaor exclama como introducción al cante: "¡Ole Manolillo, acuérdate de las castañas!". Recordaba Marchena la actuación de ambos en el pueblo de Jabugo, en el que se tuvieron que alimentar sólo de castañas, por no permitir la escasa recaudación conseguida al pasar la "batea" mayores gastos.
La gran oportunidad para Manolo Serrapí ("El Carbonero") se presentó el día que le llamaron del "Novedades" para preguntarle si podia sustituir a Javier Molina, que se hallaba indispuesto. Fue el momento en el que abandonó toda actividad que no fuera la guitarra, aunque tuvo que superar días sin ganar lo suficiente para el propio sustento y dormir en condiciones precarias, donde la suerte le daparara. Tambien son los momentos en que tiene lugar una estrecha relación entre Manolo Serrapí y Javier Molina quien, lógicamente, influyó en la formación guitarrística del joven.
En una de esas salidas a los pueblos le escucharon la Niña de los Peines y su hermano Tomás Pavón, quienes se impresionaron favorablemente del toque de Manolo "El Carbonero" con sus dieciseis años. Fueron a hablar con su padre, que dió su conformidad para que trabajase con los hermanos Pavón. Para el recién bautizado "Niño Ricardo" fue una de las mayores alegrías de su vida.
Etiquetas: LA GUITARRA FLAMENCA Niño Ricardo (II)
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