lunes, 26 de septiembre de 2011

La Guitarra Flamenca (II)



FLAMENCO

LA GUITARRA FLAMENCA

La Guitarra Flamenca (II)

A finales del siglo XV y principios del siglo XVI se inicia un periodo en el que el desarrollo técnico en la construcción en España de instrumentos del tipo guitarra-vihuela recibe un gran impulso. Incluso se dictan normas reguladoras referidas a estos instrumentos musicales, como son las Ordenanzas de Violeros de Sevilla de 1502.

A mitad del siglo XVI ya no se hacía distinción entre guitarra latina y morisca, sino que se unifica definitivamente el nombre que haría famoso a este instrumento. En efecto, el P. J. Bermudo, en su declaración de instrumentos del año 1555 la denomina simplemente guitarra.

Desde muy antiguo existió una tradición andaluza en la construcción de instrumentos musicales de cuerda del tipo vihuela-guitarra. Ambos instrumentos llegaron a fusionarse a finales del siglo XVI. La diferencia entre la vihuela y la guitarra se encuentra en el número de cuerdas de cada instrumento. En el siglo XVI existían guitarras con cuatro y cinco cuerdas, mientras que la vihuela tenía cinco, seis y siete cuerdas.

Paulatinamente la guitarra se va transformando, y puede decirse que es en el siglo XIX cuando reúne la figura y condiciones del instrumento musical que actualmente conocemos. La guitarra española llegó a conocerse en el mundo entero, y los guitarreros españoles, sobre todo andaluces, eran muy apreciados, hasta el punto de que sus guitarras se ponían a la altura del famoso "stradivarius", y las guitarras del modelo "Cádiz" llegaron a anunciarseen los catálogos musicales londinenses.

Tanto guitarristas como guitarreros españoles sentaron las bases de la guitarra moderna, tanto en Europa como en América Latina, a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

Se ha considerado a Antonio Torres Jurado (1817-1892) autor de la transformación que se operó en la guitarra primitiva, y que dio como resultado la guitarra española, tal como la conocemos. Torres Jurado fue un artesano almeriense dedicado a la construcción de guitarras que se estableció en Sevilla y que imprimió a su modelo de guitarra una sonoridad superior al modelo que se utilizaba en aquella época. Al citar a Torres Jurado no se puede olvidar a un ilustre paisano y amigo suyo, como lo fue Julián Arcas, célebre concertista de guitarra en esos años.

Horizonte Flamenco: El flamenco, historia, palos y protagonistas

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