LA GUITARRA FLAMENCA Juan Antonio Suarez García JUAN ANTONIO SUÁREZ "CANO"
LA GUITARRA FLAMENCA
Juan Antonio Suarez García
JUAN ANTONIO SUÁREZ "CANO"
JUAN ANTONIO SUÁREZ GARCÍA, Guitarrista y Compositor gitano, más conocido en el mundo artístico de la guitarra con el nombre de JUAN ANTONIO SUÁREZ "CANO", nació en Barcelona, en el año de 1971, su origen remite a las tradiciones gitanas. Heredando la cultura y vida flamenca, pasa a formar parte de ese arte exclusivo de cante, baile y guitarra. Comenzando a tocar a muy temprana edad y encaminándose a la educación didáctica con los maestros Remolino (padre) y Manolo Labrador. Comienza así a acompañar al cante y al baile flamenco. 1990 debuta en el Palau de la Música de Barcelona, junto a la bailaora Flora Albacín. A partir de ahí empieza a acompañar a otras grandes figuras del mundo del flamenco como Manuela Carrasco, Merche Esmeralda, Belen Maya, Niña Pastori, Javier Barón, Joaquin Grilo, Andrés Marin y Chocolate entre otros. 2000 comienza a colaborar y a componer para grupos como Caponato Argamacho (flamenco de cámara). También forma parte del dúo Hispánico Numen, una combinación de música flamenca, clásica y contemporánea. Presentándose en los teatros: Royal Concertgebow of Ámsterdam, Olimpia de Paris, Hierbabuena de San Francisco y en el teatro Joyce de Nueva York. Cano ha recibido buenos comentarios de música en importantes periódicos del mundo. New York time (Estados Unidos) Le Figaro (Francia), Cebú Daily News ( Filipinas) y Correo de Sevilla( España). Y durante estos últimos ocho años, se a estado dedicando a componer para distintas obras flamencas. También grabando con otros artista de gran renombre como Rafael Jiménez “Falo” ( cantaor) en “Cante Gitano” con el gran guitarrista y compositor, Gerardo Ñunez en “ La nueva escuela de Guitarra Flamenca” y “ Epitome” con el trío Caponata Argamacho. Concluyendo en el 2008, la grabación de su CD “ Son de Ayer”.
En los años de 1998 y 2000 se dedica fundamentalmente a la composición de la música de espectáculos como ‘Abrazo’ en gira por California con Tania, Andrés Marín y Alegría Suárez; ‘Bodas de Sangre’ de Federico García Lorca, con Merche Esmeralda de protagonista, represento por toda España; y ‘Desaliento’, estrenada en el Día Internacional de la Danza en el Teatro Albéniz de Madrid. También en este año monta su propia compañía componiendo toda la música del espectáculo ‘El Almaire de los Gitanos’ con nueve músicos. Vuelve a la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2000 con ‘Trilogía’, espectáculo que protagonizan Andrés Marín, Torombo y Rafael Campallo. En 2002 se prepara para componer la música del espectáculo ‘Orestes en Lisboa’, que se estrena en la Bienal y que cuenta en el reparto con Manuel Reyes, Alejandro Granadas y Rafaela Carrasco, con la dirección dramaturgo Francisco Suárez.
Son de ayer Primer disco en solitario de Cano, joven veterano de la guitarra flamenca, cuya música ha podido ser escuchada en numerosas obras compuestas para el baile de Andrés Marín, Rafaela Carrasco y muchos otros. Sutileza, virtuosismo y riesgo se alían en una obra variada que refleja las muchas caras de este músico imprescindible, uno de los nombres clave de la generación apadrinada por Gerardo Núñez en la 'Nueva Escuela de la Guitarra Flamenca'. Contenidos del CD, Luna (Siguirilla) / Sino (Canción) / El señor de los tanguillos (Tanguillos) / Conclusión (Bulería) / A nuestra Mari (Elegía) / Almaire (Tangos) / Mi pequeño mundo (Suite) / Soledad / El punteao (Tangos, con Aires de Villafrancas de los Barros, Badajoz) / Pavana
La tierra y el barro
Cano, el joven guitarrista catalán afincado en Madrid, publica un disco de debut que es una lección de libertad artística y compromiso flamenco
Juan Antonio Suárez García (Barcelona, 1971), Cano en el mundo del arte flamenco, ha militado en las compañías de baile de Rafaela Carrasco, Merche Esmeralda, Andrés Marín y Francisco Suárez. Ahora se presenta como solista en disco, después de su destacada participación en la obra colectiva La nueva escuela de guitarra (2003), y de secundar al Falo en su disco de debut (¡Cante gitano!, 1996), y único hasta ahora en el mercado del cantaor asturiano.
medicina para el alma
No obstante, en éste su primer disco, Cano es el protagonista absoluto. La obra se abre con la guitarra portentosa en solitario, demostrando que su solidez como intérprete no necesita excusarse en una banda. Cano toca como quiere y, en ese sentido, hay que agradecerle la libertad que guía esta obra. La verdad es la única medicina para el alma. Y la verdad no se puede ocultar. El riesgo, hoy, es decir siempre, no está en la armonía compleja sino en mostrar el alma. Hay intérpretes que usan la música y el arte para ocultarse. Ésa es su verdad. Pero Cano pone la guitarra ante nosotros para mostrarse libre. Por eso se ha querido tomar 70 minutos de nuestra vida. Con un par. Para desarrollar todo lo que tiene que decir, como él mismo me dijo. Cuando introduces un disco en el aparato y no sabes lo que va a ocurrir, lo que está ocurriendo. Ésa es la magia de lo vivo. Ésa es la magia que tiene esta obra. Lo demás... sí, lo demás también está ahí. El virtuosismo, el diálogo con los amigos. Pero déjenme, para siempre, vivir-morir en la seguiriya. Que no es más que un alma expuesta, abierta en canal para nosotros. Un lujo. Cano, eres uno de los grandes. Y tu disco es un regalo, un bálsamo para el corazón.
cano y sus amigos
Los amigos de Cano son nuestros amigos: Lole Montoya de Triana para un tema de afirmación gitana. El final del mismo es una concesión a la radiofórmula, aunque a nadie le amarga un dulce. Con los Caponata Argamacho firma Cano dos temas que pierden frescura con los convencionales arreglos. Eso sí, el recurso de huir de lo brillante no desaparece. Pero siempre, siempre, mejor cuanto más íntimo, más despojado. El mejor Cano, con todo lo eminentes que son sus amigos, es el desnudo. Ahí nos sentimos más acompañados, más arropados por su música. Por ejemplo, la espléndida larga suite Mi pequeño mundo, acaso lo mejor del disco con la seguiriya. Un tema que flaquea en su arreglo final con los Caponata. Cuando está a solas con el piano de Pablo Suárez (tan respetuoso y dolorido como elegante), o la flauta de Sekino, Cano se acerca a su centro. Y, aunque los coros vengan a nosotros con el cuidado de una madre (hay mucha presencia femenina invitada a esta celebración de la vida y la muerte, no es un azar), no dejan de romper la intimidad. Lo mismo podemos decir del resto de arreglos de esta obra. Son sutiles, épicamente humanos, fraternales, en ocasiones. Aunque nosotros queremos más Cano. El mejor Cano (como el mejor Riqueni, como el mejor Gerardo Núñez, sus maestros) es el Cano en solitario. La música es también un ejercicio de solidaridad y de complicidad. Pero el destino de algunos intérpretes es quedar solos enfrente de su auditorio. Y el de Cano también es éste. Este hombre está preparado para enfrentarse sólo al universo. Este hombre sabe lo que es el silencio y la soledad, ya nada le queda por aprender. Ustedes están en el secreto a voces de cuantos discos muertos nacen hoy, muertos en las prensas. Y esto es una obra viva, donde la técnica, humana y maquinal, está al servicio de la vida en lugar de sustituirla. Discos así nos devuelven la confianza en la posibilidad de trascendencia de las obras grabadas, tan maltratadas últimamente por la industria.
Vuelta a los orígenes
Los tangos de Villafranca de los Barros, plenos de celebración y sensualidad flamenca, son el hermoso contrapunto al estilo intimista de la obra. Sin embargo, su intérprete destaca la continuidad espiritual entre este corte y el resto de la obra. "Todo procede de ahí, de la libertad que se da en las celebraciones íntimas de los gitanos. Esa es la libertad y la fuerza que yo he querido atrapar en mis composiciones. De hecho, estas falsetas, estos tangos que toco junto a mi tía Adela, fueron las primeras notas que aprendí en la guitarra,
Cano, el joven guitarrista catalán afincado en Madrid, publica un disco de debut que es una lección de libertad artística y compromiso flamenco
Juan Antonio Suárez García (Barcelona, 1971), Cano en el mundo del arte flamenco, ha militado en las compañías de baile de Rafaela Carrasco, Merche Esmeralda, Andrés Marín y Francisco Suárez. Ahora se presenta como solista en disco, después de su destacada participación en la obra colectiva La nueva escuela de guitarra (2003), y de secundar al Falo en su disco de debut (¡Cante gitano!, 1996), y único hasta ahora en el mercado del cantaor asturiano.
medicina para el alma
No obstante, en éste su primer disco, Cano es el protagonista absoluto. La obra se abre con la guitarra portentosa en solitario, demostrando que su solidez como intérprete no necesita excusarse en una banda. Cano toca como quiere y, en ese sentido, hay que agradecerle la libertad que guía esta obra. La verdad es la única medicina para el alma. Y la verdad no se puede ocultar. El riesgo, hoy, es decir siempre, no está en la armonía compleja sino en mostrar el alma. Hay intérpretes que usan la música y el arte para ocultarse. Ésa es su verdad. Pero Cano pone la guitarra ante nosotros para mostrarse libre. Por eso se ha querido tomar 70 minutos de nuestra vida. Con un par. Para desarrollar todo lo que tiene que decir, como él mismo me dijo. Cuando introduces un disco en el aparato y no sabes lo que va a ocurrir, lo que está ocurriendo. Ésa es la magia de lo vivo. Ésa es la magia que tiene esta obra. Lo demás... sí, lo demás también está ahí. El virtuosismo, el diálogo con los amigos. Pero déjenme, para siempre, vivir-morir en la seguiriya. Que no es más que un alma expuesta, abierta en canal para nosotros. Un lujo. Cano, eres uno de los grandes. Y tu disco es un regalo, un bálsamo para el corazón.
cano y sus amigos
Los amigos de Cano son nuestros amigos: Lole Montoya de Triana para un tema de afirmación gitana. El final del mismo es una concesión a la radiofórmula, aunque a nadie le amarga un dulce. Con los Caponata Argamacho firma Cano dos temas que pierden frescura con los convencionales arreglos. Eso sí, el recurso de huir de lo brillante no desaparece. Pero siempre, siempre, mejor cuanto más íntimo, más despojado. El mejor Cano, con todo lo eminentes que son sus amigos, es el desnudo. Ahí nos sentimos más acompañados, más arropados por su música. Por ejemplo, la espléndida larga suite Mi pequeño mundo, acaso lo mejor del disco con la seguiriya. Un tema que flaquea en su arreglo final con los Caponata. Cuando está a solas con el piano de Pablo Suárez (tan respetuoso y dolorido como elegante), o la flauta de Sekino, Cano se acerca a su centro. Y, aunque los coros vengan a nosotros con el cuidado de una madre (hay mucha presencia femenina invitada a esta celebración de la vida y la muerte, no es un azar), no dejan de romper la intimidad. Lo mismo podemos decir del resto de arreglos de esta obra. Son sutiles, épicamente humanos, fraternales, en ocasiones. Aunque nosotros queremos más Cano. El mejor Cano (como el mejor Riqueni, como el mejor Gerardo Núñez, sus maestros) es el Cano en solitario. La música es también un ejercicio de solidaridad y de complicidad. Pero el destino de algunos intérpretes es quedar solos enfrente de su auditorio. Y el de Cano también es éste. Este hombre está preparado para enfrentarse sólo al universo. Este hombre sabe lo que es el silencio y la soledad, ya nada le queda por aprender. Ustedes están en el secreto a voces de cuantos discos muertos nacen hoy, muertos en las prensas. Y esto es una obra viva, donde la técnica, humana y maquinal, está al servicio de la vida en lugar de sustituirla. Discos así nos devuelven la confianza en la posibilidad de trascendencia de las obras grabadas, tan maltratadas últimamente por la industria.
Vuelta a los orígenes
Los tangos de Villafranca de los Barros, plenos de celebración y sensualidad flamenca, son el hermoso contrapunto al estilo intimista de la obra. Sin embargo, su intérprete destaca la continuidad espiritual entre este corte y el resto de la obra. "Todo procede de ahí, de la libertad que se da en las celebraciones íntimas de los gitanos. Esa es la libertad y la fuerza que yo he querido atrapar en mis composiciones. De hecho, estas falsetas, estos tangos que toco junto a mi tía Adela, fueron las primeras notas que aprendí en la guitarra,
-El arte de vivir el flamenco-
Juan Antonio Suarez "Cano" -Son de ayer-
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Juan Antonio Suarez "Cano" -Seis cuerdas para dos tacones-
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