LA GUITARRA FLAMENCA Javier Molina (y IV)
FLAMENCO
LA GUITARRA FLAMENCA
Javier Molina (y IV)
Augusto Butler, autor de unas memorias autobiográficas del propio Molina señala la resistencia de éste a identificar a sus maestros, probablemente como "consecuencia de un ingenuo prurito de autodidaxia mal entendido". En cualquier caso los antecedentes del maestro Patiño y de Paco el Barbero fueron ciertos. De los mismos aprendería el tambien jerezano Antonio Sol, quien influiría a su vez en el propio Molina. Antonio Mairena consideraba a Molina enriquecedor de la guitarra flamenca como a Montoya "pero desarrollando los toques desde dentro".
Otro excelente cantaor que también elogió a Molina fue el sevillano Pepe el de la Matrona quien decia de él en sus memorias: "Este Javier Molina tenía un toque extraordinario y fue quien compuso el toque de alegrias en sol y la forma que se toca por bulerias también la arregló él en Jerez, y no digamos por seguiriyas lo extenso que era".
Manuel Cano por su parte valoraba la técnica de Molina Cundi como "una fluida y suave y de un bello y cristalino sonido con un timbre particular así como su justo y oportunísimo sabor flamenco en adornos y falsetas que avalan los grandes conocimientos de este maestro".
Atendiendo a las dificultades que entraña establecer maestros concretos de Javier Molina, Pepe el Tordo afirmaba que en los comienzos de sus estudios de guitarra tuvo como principal mentor a un tocaor --entre aficionado y profesional-- llamado Rafael Barroso, y desde luego parecen bastante probables los antecedentes de Patiño y Paco el Barbero.
En 1930, en una fiesta memorable de don Juan Pedro Domeq --de quien el tocaor decia que era el hombre que más dinero le habia dado a ganar de todos los que habia conocido-- Molina acompañó con la guitarra al gran Manuel Torres, quien le dijo "Javier ponmela en el 5 por seguiriyas" y cantó de forma espeluzmante. El poeta jerezano Julian Pemartin estaba presente y dejó memoria en sus versos:
"Podrá ser noche divina
que en mi recuerdo te borres,
tocaba Javier Molina
Y cantaba Manuel Torres".
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Flamenco.
El toque flamenco.- A. Alvarez Caballero.
Otro excelente cantaor que también elogió a Molina fue el sevillano Pepe el de la Matrona quien decia de él en sus memorias: "Este Javier Molina tenía un toque extraordinario y fue quien compuso el toque de alegrias en sol y la forma que se toca por bulerias también la arregló él en Jerez, y no digamos por seguiriyas lo extenso que era".
Manuel Cano por su parte valoraba la técnica de Molina Cundi como "una fluida y suave y de un bello y cristalino sonido con un timbre particular así como su justo y oportunísimo sabor flamenco en adornos y falsetas que avalan los grandes conocimientos de este maestro".
Atendiendo a las dificultades que entraña establecer maestros concretos de Javier Molina, Pepe el Tordo afirmaba que en los comienzos de sus estudios de guitarra tuvo como principal mentor a un tocaor --entre aficionado y profesional-- llamado Rafael Barroso, y desde luego parecen bastante probables los antecedentes de Patiño y Paco el Barbero.
En 1930, en una fiesta memorable de don Juan Pedro Domeq --de quien el tocaor decia que era el hombre que más dinero le habia dado a ganar de todos los que habia conocido-- Molina acompañó con la guitarra al gran Manuel Torres, quien le dijo "Javier ponmela en el 5 por seguiriyas" y cantó de forma espeluzmante. El poeta jerezano Julian Pemartin estaba presente y dejó memoria en sus versos:
"Podrá ser noche divina
que en mi recuerdo te borres,
tocaba Javier Molina
Y cantaba Manuel Torres".
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Flamenco.
El toque flamenco.- A. Alvarez Caballero.
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