LA GUITARRA FLAMENCA Javier Molina (II)
FLAMENCO
LA GUITARRA FLAMENCA
Javier Molina (II)
En los últimos años treinta y hasta su muerte se dedicó especialmente a la enseñanza de su arte, en el que ha creado escuela, y a las fiestas privadas, con algunas apariciones en público, entre ellas una gira con Luisa Requejo, actuaciones en un café de verano en su tierra natal, junto a Rafael El Carabinero, y otro recorrido por su provincia en 1940, acompañando el baile de Lola Flores.
Entre sus alumnos destacaron Palmita, El Lápiz y especialmente Manuel Morao. Se le considera el creador de la escuela jerezana. En 1954 se le tributó un homenaje en su tirra natal, auspiciado por Juan de la Plata y en 1959, por iniciativa de la Cátedra de Flamencologia y Estudios Folklóricos Andaluces, el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera colocó una placa en su recuerdo en la casa donde nació.
Con motivo del primer centenario de su nacimiento, la Cátedra de Flamencologia le dedicó, en 1968, su VI Curso Internacional de Arte Flamenco, celebrándose una sesión en su honor, con la intervención de destacados poetas y del guitarrista Manuel Cano.
En 1964 se publicaron sus memorias (un tanto deslabazadas y falta de puntualización en cuanto a fechas) en edición preparada y prologada por Augusto Butler, quien escribió sobre él lo siguiente:
"Nadie aventajó a Javier en el más categórico y exhaustivo dominio de la guitarra flamenca. Pero si hemos de matizar en punto a uno de los más relevantes méritos concurrentes en el excepcional tocaor jerezano, será necesario decir que ninguno como él sería guardador fiel de la más estricta y ortodoxa pureza de los toques acompañantes de los más antiguos cantes. Y a seguido, que en los toques de alegrías y siguiriyas su arte alcanzaba alturas que antes tan solo lograrían, acaso, los Patiño, Lucena, maestro Pérez Arcas, Habichuela y muy pocos más".
Entre sus alumnos destacaron Palmita, El Lápiz y especialmente Manuel Morao. Se le considera el creador de la escuela jerezana. En 1954 se le tributó un homenaje en su tirra natal, auspiciado por Juan de la Plata y en 1959, por iniciativa de la Cátedra de Flamencologia y Estudios Folklóricos Andaluces, el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera colocó una placa en su recuerdo en la casa donde nació.
Con motivo del primer centenario de su nacimiento, la Cátedra de Flamencologia le dedicó, en 1968, su VI Curso Internacional de Arte Flamenco, celebrándose una sesión en su honor, con la intervención de destacados poetas y del guitarrista Manuel Cano.
En 1964 se publicaron sus memorias (un tanto deslabazadas y falta de puntualización en cuanto a fechas) en edición preparada y prologada por Augusto Butler, quien escribió sobre él lo siguiente:
"Nadie aventajó a Javier en el más categórico y exhaustivo dominio de la guitarra flamenca. Pero si hemos de matizar en punto a uno de los más relevantes méritos concurrentes en el excepcional tocaor jerezano, será necesario decir que ninguno como él sería guardador fiel de la más estricta y ortodoxa pureza de los toques acompañantes de los más antiguos cantes. Y a seguido, que en los toques de alegrías y siguiriyas su arte alcanzaba alturas que antes tan solo lograrían, acaso, los Patiño, Lucena, maestro Pérez Arcas, Habichuela y muy pocos más".
SIGUIRIYAS DEDICADO A JAVIER MOLINA.
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