lunes, 31 de octubre de 2011

LA GUITARRA FLAMENCA Francisco Rodríguez Murciano, “EL MURCIANO” (y II)


FLAMENCO

LA GUITARRA FLAMENCA

Francisco Rodríguez Murciano 

“EL MURCIANO” (y II)

El Vizconde de Pontecoulant, escribió sobre "El Murciano", en La Gaceta Musical Barcelonesa", número 38 (17-11-1861): "Un abate que tocaba muy bien la gaita, y era sumamente aficionado a aquel instrumento, un dia oyó al célebre Rodríguez tocar la guitarra, experimentando tan vivo placer, que cayó como sofocado, sin poder andar ni respirar; en fin, que se le sacó fuera del salón, y estuvo durante tres dias en el mismo estado, asegurando que hubiera muerto si sigue estando más tiempo bajo la influencia del sonido de aquel instrumento".


"D. Prat afirma que "El Murciano" murió al poco tiempo de haber ensanchado su campo de acción haciéndose construir una guitarra de siete cuerdas".


"Algunos de sus toques fueron recogidos por Felipe Pedrell en el Cancionero Musical Popular Español".


El compositor ruso Mijail Glinka conoció a Francisco Rodriguez "El Murciano" durante su estancia en España (1832-1835) y, como ya hemos referido anteriormente, uno de sus encantos de viajero era estarse horas enteras escuchando a "El Murciano" improvisar variantes a los acompañamientos de rondeñas, fandangos, jotas aragonesas, etc.


Glinka, a quien entusiasmaba la música de "El Murciano", intentó anotarla cuidadosamente, con la pretensión de llevarla al piano, tarea en la que fracasó una y otra vez, porque cuando quería que el guitarrista repitiese alguno de los pasajes interpretados, éste ya no se acordaba de lo que había hecho y tocaba otros.


El ya citado Mariano Vázquez nos dejó tambien el valioso dato de que "los más renombrados cantaores de toda Andalucía proclamaban unánimemente que la manera de acompañar las canciones bailables por "El Murciano" no tenía semejante, ni por la riqueza y novedad de los ritmos, ni por el sorprendente encadenamiento de acordes".


Nótese que aunque el maestro Vázquez hable ya de cantaores, es muy improbable que se refiriese a intérpretes de lo jondo. Eugenio Noel, famoso por su exacerbado antiflamenquismo, se hizo también eco de las escenas entre Glinka y Rodríguez Murciano en su obra "Nervios de la raza", situándolas en el Sacromonte y el Albaicín granainos.


Para concluir ya con esta destacada personalidad de los tiempos preflamencos de la guitarra, estamos de acuerdo con el juicio de valor que sobre él hizo el también guitarrista Manuel Cano, quien le consideraba "punto de iniciación de una guitarra, que si en este momento es popular, está intimamente ligada con la guitarra flamenca por el paralelismo que existe entre el sentir del pueblo y el propio arte flamenco".


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco.
"El toque flamenco". Ángel Álvarez Caballero.

Horizonte Flamenco: El flamenco, historia, palos y protagonistas

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