LOS PALOS Soleares (III)
FLAMENCO
LOS PALOS
Soleares (III)
SOLEARES DE TRIANA
Se considera a Triana como el lugar en el que produjo el primer brote del cante que comentamos. Se cree que las soleares más antiguas son las de Triana, y dentro de este centro trianero las soleares más venerables se considera a las cantadas por La Andonda, hasta tal punto que la tradición atribuye a esta cantaora la creación de las soleares. Esta gitana, nacida en Jerez o Morón o Utrera (no se sabe) fue una cantaora de gran fama, que vivió en Triana con El Fillo.
Molina y Mairena, después de reafirmar a las soleares de Triana como las más antiguas, dicen a continuación: "De las ocho o nueve soleares trianeras bien diferenciadas que hemos seleccionado sólo unas cuantas revelan pureza gitana". Lo que indica que el primer brote de la soleá trianera, que se considera plenamente gitano, se va apagando y deja el lugar a otros tipos de soleá de carácter más andaluz que gitano.
La idea anterior es también la defendida por Pierre Lefranc. En efecto, el autor francés parte de la base de que las soleares de Triana presentan una configuración con dos vertientes distintas: el inicio de la soleá se caracterizó por una gran fuerza y vigor, siempre en el ámbito netamente gitano, impulso que posteriormente pierde fuerza en favor de una segunda tendencia, quizás más brillante, pero sobre todo de un espectro más amplio. Se trata del conjunto de soleares llamadas apolás, que reciben este nombre en razón a que, en principio, se usaban para rematar un polo. Lo que Lefranc llama "segundo repertorio de la soleá trianera", se caracteriza, según este autor, por "la búsqueda de efectos brillantes, o de suavizaciones, que es más andaluza que gitana. Su función inicial como remate de polos, cantes compuestos andaluces; la presencia a veces manifiesta, invocada incluso en la actualidad, de Silverio en la génesis y la vecindad de estos cantes; su éxito en la gran época de los cafés cantantes, y todavía hoy en día en ambientes populares no gitanos de Triana y el que la gran mayoría de estos cantes se deba a andaluces: todo eso pinta un paisaje claro."
En resumen, la realidad del proceso de evolución de la soleá en Triana se inició con la divulgación de la soleá de origen gitano, operándose después una derivación hacia un repertorio más amplio, más público, incluso más rico, pero esta vez bajo influjo andaluz, que tuvo su desarrollo posterior: se pusieron de moda las soleares apolás y este hecho posiblemente influyera en el languidecer de las soleares gitanas. La soleá apolá se caracteriza por ser un cante libre, no sujeto a compás, y semejante a ella hay otro estilo de soleares, la soleá petenera. También de Triana son las llamadas soleares de los alfareros o del zurraque.
Se citan como creadores de las soleares de Triana a la ya citada Andonda, Silverio, José Lorente, Ribalta, Ramón el Ollero, El Portugués, Pinea, El Sordillo, La Cuende, Fernando el de Triana, etc.
SOLEARES DE UTRERA
La soleá grande de Triana se aclimató en Utrera, donde se impone la personalidad de La Serneta, a la que se atribuye siete cantes de este estilo. Mercedes Fernandez Vargas, que ese era el nombre de esta figura del cante, nació en Jerez en el año 1840. Su padre era herrero en el barrio de San Miguel y allí pasó su niñez la futura cantaora. Se especula con la posibilidad de que residera en Sevilla cierto tiempo, estableciéndose posteriormente en Utrera donde falleció en el año 1912.
La figura emblemática de las soleares de Utrera ha sido siempre La Serneta, y su repertorio ha sido admirado y grabado por los mayores cantaores de la época en que el cante se empezó a grabar: Juan Breva, Centeno y, sobre todo, Chacón, quien entre sus cantes grabados por soleá incluyó diez de La Serneta: lo mismo hicieron grandes cantaores gitanos, como Manuel Torre, Pastora y Tomás Pavón, convirtiendo el repertorio de esta cantaora en uno de los más difundidos y, gracias a que se han conservado muy bien, en la actualidad se siguen cantando por las primeras figuras del flamenco.
Pero no solo La Serneta ha brillado como representante de estos cantes de Utrera, ya que de allí también son la familia de los Perrate y la de los Pinini, de la que desciende Fernanda de Utrera, nombres todos muy representativos en el ámbito de este cante.
SOLEARES DE LEBRIJA
El nombre de estas soleares va asociado casi exclusivamente a la figura de Juaniqui de Lebrija (Juan Moreno Jimenez), gitano nacido en Jerez en 1892 y fallecido en Sanlúcar de Barrameda en 1946. Durante bastante tiempo se le supuso natural de Lebrija, debido a que vivió en las cercanías de esta ciudad, primeramente en El Cuervo y más adelante en Cabezas de San Juan.Vivia con lo indispensable y sus ingresos provenían de los jornales ganados en las faenas agrícolas, teniendo como residencia una choza, lugar al que peregrinaban todos los aficionados que deseaban escuchar su cante.
Según el flamencólogo Augusto Butler, sus soleares tenían un "estilo bravo y rústico un tanto heterodoxo en cuanto a los estilos conocidos, pero pleno de campera belleza, que requería para bien interpretarlo ciertas facultades que aparentemente no eran adivinables en el enteco "Juaniquí".
Los cantes de "Juaniquí" se conocieron casi únicamente entre los gitanos, ya que el cantaor rehuía cualquier actuación ante un auditorio medianamente concurrido. No grabó ningún disco, a pesar de que en la fecha de su fallecimiento (1946) las casas de disco habían recogido las voces flamencas más conocidas. Es más, los profesionales de aquella época (Manuel Torre, El Gloria, Los Pavón...) no mostraron mucho interés por el cante de "Juaniqui", Con la excepción de Aurelio de Cádiz, que sí conocía sus cantes. Posteriormente a su fallecimientos se empezó a cantar por su estilo y a grabar sus cantes por profesionales que le habían escuchado en persona, como fueron Joselero, La Piriñaca, El Perrate, Fernanda....
"Juaniquí" tuvo oportunidad de escuchar a La Serneta antes de la desaparición de esta cantaora en 1912.Al cantaor ligado al nombre de Lebrija, aunque nacido en Jerez, se le atribuyen la creación de cinco estilos de soleares a las que Molina y Mairena les atribuyen influjos "influjos trianeros y jerezanos (de Frijones) por un lado y el sello de lo personal e inédito, por otro..., aunque sólo le atribuyen tres cantes.
-Horizonte flamenco-
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