sábado, 5 de marzo de 2011

"LA SOLEA"


FLAMENCO


"LA SOLEA"


La Solea es un cante con copla de tres o cuatro versos octosílabos con
rima consonante o asonante. Procede del latín Sólitas ó Soitatis. Según
algunos  estudiosos este cante pudo originarse durante el primer tercio del siglo
XIX, para acompañar al baile por Jaleos. Por su práctica fue convirtiéndose en un
cante con entidad propia, llegando a convertirse y a ser considerado como uno de los estilos básicos del Cante Flamenco.
Sus letras responden a una temática y a un abanico muy amplio, desde lo
intranscendente a lo trágico, aunque desbordando siempre humanidad, y destaca sus alusiones a la vida, al amor, al odio y a la muerte.
Rigurosamente al referirse á este cante, no se puede hablar de la Granaina de
la Caña, o del Fandango, ya que por sus muchas variantes, se habla del cante por
Solea ó por Soleares.
Según Ricardo Molina y Antonio Mairena, en "Mundo y Formas del Cante
Flamenco", la etimología de la Solea ha sido iluminada profundamente por el gran
Romanista Kari Vosller, en sus estudios sobre la " La Poesía de la Soledad en
España". La palabra andaluza Soled a, Solear, Solea, Soleares, se deriva de la
Castellana " SOLEDAD ", que a su vez procede de los vocablos Soidades, Soedade,
Suidade de la lengua vírica gallego portuguesa, teniendo su difusión la palabra
SOLEA, a partir del siglo XIX. Según referencias literarias de Vosller demuestran
que hubo canto de Soledades, emparentadas con las u Soidades " Gallegos y
Asturianas, pero no con nuestras Soleares Gitanas.
Literalmente la Solea se considera como una estrofa de tres o cuatro versos
Octosílabos con rima consonante o asonante. (Los pares en la estrofa 4, los impares
en la de 3). Queda la posibilidad de la estrofa llamada Solearilla, que consta de una
estrofa de tres o cinco versos, seguidos de dos octosílabos.


NO SE PORQUE
LA PALOMA ABURRE EL NIDO
Y NO PUEDE ENTRAR EN EL.


En algunas Jarchas del siglo XII, se encuentra la prefiguración de la Solea; luego en el siglo XVI señaló Rodríguez Marín precedentes extraídos del  "Romancero": los que
citan Dari Vosller y M. García Matos.


SI TE DUELEN SOLEDADES
DEL BIEN QUE ALEGRE ESTUVO
AYÚDAME CON SUSPIROS
DEL ALMA CONSEJOS MUDOS.
DEL ALMA CONSEJOS MUDOS.

El origen de la Solea es muy probable que surgiera de un cante gitano para bailar,
 en el primer tercio del siglo XIX, su compás es más bailable y ligero mientras más
 antigua es, aunque con certeza no se sabe nada, aunque se le considera por sí sola
uno de los Pilares Básicos del Cante Flamenco. Aunque no se puede asegurar ni
descartar que proceda del Polo o de la Caña, aunque Estébanez Calderón considera
a la Caña como el cante más antiguo que existe y de igual opinión Manfredi Cano define
 la Caña, como la más primitiva manifestación del Cante Jondo que se ha conocido.
Siguiendo con la teoría de Ricardo Molina y A ntonio Mairena, la Solea es un cante
de origen gitano, por su estilo y por sus maestros, pensando que pudiera aparecer
en Triana hacia el año 1.840, siendo cultivada en el seno del hogar gitano en la baja Andalucía. Rigurosamente la Soleá aparece a partir de la mitad del siglo XIX, siendo
 la Andonda quien se queja por Soleá.
Siendo la Soleá un cante de tierra adentro, se puede definir sus límites entre
Alcalá de Guadaira, Lebrija, Utrera y Triana, manifestando sus signos de antigüedad,
los pocos ejemplares de soleares típicas, siendo estos, la brevedad, la sencillez,
y estilo ligado, siendo la Soleá grande reposada y solemne, creada el último tercio
 del siglo XIX, siendo el Loco Mateo, la Serneta, Enrique el Mellizo,Joaniquí y Joaquín
 el de la Paula, entre 1.875 y 1.915 quienes hicieron a la Soleá un cante Grande y Solemne.
La Soleá como otros cantes, se arraiga en diversas localidades, impregnándose
cada una de ellas de un aire inconfundible, aunque es correcto hablar también de
Soleares personales, como las de José Illanda, Curro Frijones y la del Loco Mateo
en Jerez. Caso similar son las del Mellizo padre e hijo, manteniendo esta escuela
Aurelio Selles. Córdoba fue una de las ciudades que adaptaron soleares de otra
procedencia, prestándole su sello propio, como las de Ramón Ollero de Triana,
degenerando los viejos cantes de Triana.
En la provincia de Sevilla, las localidades se reducen a tres, Alcalá, Utrera y
Triana. Por su importancia en sus hechos, Alcalá es la de más importancia, son las
más numerosas, de un aire común, constituyendo un grupo compacto y peculiar,
abarcando toda la gama de la Solea Grande, pasando por la Corta, Solearilla y
Cambio. Por ultimóla existencia de sus más famosos cultivadores, como Agustín
Fernández, su hijo Juan Talega y Joaquín El de la Paula, creando estos sus propias
Soleares, llegando su expansión a otros pueblos, siendo Utrera la única población
que ha mantenido su originalidad, como las de Juaniquí, Triana y la Serneta.


"LAS SOLEARES EN SEVILLA Y PROVINCIA"

La Solea como otro de los pilares del Arte Flamenco, se desarrolla en dos Zonas
Fundamentales, siendo Sevilla y Cádiz.
Sería más propio hablar de Centros cantaores, como Triana, Utrera, Alcalá Lebrija etc., pero una obligada síntesis nos ha llevado a englobarlo todo en el amplio marco
 sevillano. Fenanda de Utrera es sin duda de ninguna clase la más grande solearera de esta siglo, ocupando un lugar de honor en este Palo, llendo de la mano de ella, vamos
 a un curioso estudio sobre el papel de la muger en el cante por Soleares,
deteniéndonos especialmente en la Andonda, Merced La Serneta y la Roezna.
En el espacio dedicado a los Maestros, lo ocupa por derecho propio Joaquín el de la
Paula, primer impulsor del Cante por Soleares de Alcalá, y quizás el  solearero más grande de todos los tiempos.

"LA ANDONDA"

Se tiene noticias que la primera cantaora por Solea se llamaba La Andonda,
siendo considerada sus Soleares las más veneradas de Triana. Es casi seguro que
nació en Morón de la Frontera, donde estuvo casada, separándose de su marido.
Estuvo viviendo después en Utrera, Alcalá y luego en Triana, convirtiéndose en
la amante del Filio, siendo ella muy joven, y él ya era un hombre muy mayor.
Los amores de la Andonda y el Filio fueron muy turbulentos, de los que ha
dejado memoria de una letra por solea, que hoy día a veces se canta.


LA ANDONDA LE DIJO AL FILLÓ
ANDA Y VETE POLLO RONCO
A CANTARLE A LOS CHIQUILLOS.

La condición bravia de la Andonda, en cualquier caso fue de dominio público,
aunque quizás Nuñez del Prado exageraba cuando la motejó de "orgullosa hasta la
soberbia, caprichosa hasta la extravagancia, imperiosa hasta la tiranía, ardiente
hasta la consunción, franca hasta el cinismo y contundente como una bofetada",
además de bebedora hasta la hidropesía.


"TRIANA"

Triana sería pues, seguramente el primer centro cantaor de Soleares, en una
tierra sevillana que tuvo otros lugares de considerable interés como lo fueron sin
duda alguna: Alcalá, Utrera, Lebrija, Morón etc.
Pepe de la Matrona comparaba la Solea con el toro bravo de casta, que no deja
al torero colocarse porque tiene más nervio y bravura que él. "Y hay que ser muy
buen Artista o torero para poder sacarle partido. En la Solea se puede engañar
menos (que en la Siguiriya), pues su ritmo tiene menos espacios".
En verdad la Solea es tenida en altísima estima por cuantos se ocupan de
Flamenco. " Columna Vertebral del Cante ", le llamaban Molina y Mairena, "El
perfecto equilibrio del Cante Jondo", afirma González Climent, quien da fe así
mismo de que para Aurelio Selles, este cante suponía " El radio máximo o la
prueba de fuego definitiva de la catadura flamenca de cada interprete", y que
representaba "el molde enciclopédico por excelencia, donde confluyen armoniosa-
mente casi todas las características relevantes del resto de la Familia Flamenca".
En Mundo y Formas del Cante Flamenco, Ricardo Molina y Antonio Mairena
afirman: Si procedemos cronológicamente, hemos de empezar estudiando las
soleares de Triana, siendo seguramente las más antiguas, ya que las más remotas
se refieren a Triana, teniendo esta zona Flamenca una gran solearera, por su
temperamento, pasión y buen hacer como era la Andonda. Otros soleareros por
excelencia al estilo de Triana fueron los Caganchos, así mismo una de las varias
soleares de Triana fueron transmitida por Diego Bermúdez Cala "El Tenazas".
Otros cantaores y cantaoras por este estilo, fueron Merced "La Serneta", y
"La Roezna", siendo imprescindible la mención al cantaor Ramón Ollero, cono-
ciéndose de éste tres estilos de soleares de Triana, las cuales fueron cultivadas por
cantaores como La Cuende, La Gómez y Fernando de Triana; siendo difundidas
estas soleares en Córdoba por el picador "Mediaoreja", a principio de siglo.
Voces payas y gitanas le dieron variedad al estilo con versiones que han
Seguido La Nina de los Peines, Tomás Pavón, Manuel Oliver, Pepe de la Matrona,
Emilio Abadía, Pepe Pinto, El Arenero, Márquez El Zapatero, Anmtonio Mairena
y otros tantos, además de las recientemente reverdecidas llamadas del Zurraque,
propias de los alfareros.

Antonio "EL ARENERO".

Nombre artístico del cantaor Antonio González Garzón, nacido en Sevilla en el
año 1.925. Desde muy joven frecuentó las reuniones de los aficionados en distintos
locales de su barrio natal, pero su revelación no tuvo lugar hasta 1.976, con motivo
de cantar en público en el homenaje tributado al "Sordillo", sucediéndose desde
entonces sus recitales en Peñas Flamencas y en Festivales, y realizando junto al
Teta y Márquez el Zapatero, un disco de larga duración, dedicado a los cantes del
Zurraque, lugar donde trabajaron siempre los alfareros de Triana. El Arenero
además de destacar en sus cantes por Solea, se destaca por sus cantes por Siguiriya
y por Martinetes.


"SOLEARES DE ALCALÁ" 

En Mundo y Formas del Cante Flamenco, R. Molina y A. Mairena afirman, que
a diferencia con Triana, Alcalá ha mantenido los cantes puros, formando un grupo
coherente, homogéneo, suigéneris, inconfundible, siendo Joaquín El de la Paula,
Agustín Fernández y Juan Talegas (su hijo), los tres grandes soleareros, que
interpretaron inimitablemente los cantes por Solea de Alcalá.
Respecto a las Soleares de Alcalá, conviene destacar que estos tres soleareros no
crearon soleares, sino que se limitaron a interpretar las soleares de su pueblo, pero
dándole cada una uno su interpretación personal, matizándolas de un sabor peculiar.
Al contrario que en Alcalá, en Jerez y en Cádiz, estas dos ciudades cantaron las
soleares de Frijones el 1°, y del Mellizo y de Paquirri el 2°. Actualmente, se cantan en Alcalá nueve clases de Solea, siendo su diferenciaexiructural en seis de ellas al menos,
en las tres restantes las diferencias son interpretativas.
Alcalá tiene dos tipos estilísticos, en la solea de cuatro versos, uno de ellos
solemne y reposado, con difícil enlace entre los dos primeros tercios que ligan,
elevando su tono suavemente, son seguidos de marcada pausa, repítese dos veces el
segundo tercio, y tras otra pausa se cantan los versos tres y cuatro, con dos descan-
sillos, el último a mediados del cuarto verso.


DICEN LOS SABIOS DOCTORES
QUE AUSENCIAS CAUSAN OLVIO.... (Pausa)
QUE AUSENCIAS CAUSAN OLVIO
QUE AUSENCIAS CAUSAN OLVIO...- (Pausa)
Y YO OLVIDARTE NO PUEDO (descanso)
NI EL QUERER QUE TE HE (descanso) TENIO.

"LA ESCUELA DE ALCALÁ". Antonio Mairena. Confesiones.
En la época hermética del cante, los gitanos trianeros debieron llevar su cante a
Alcalá, donde vivió y fue evolucionando, aunque todavía sin salir del seno de estas
familias gitanas. De este modo partiendo de una inicial levadura trianera, se fue
formando una modalidad de cante por solea bailable que iba adquiriendo un aire
propio (....).
Durante el pasado siglo se fue desarrollando en Alcalá una gama bastante
amplia de soleares, comparables a las de Triana y quizas superiores a las de otros
Centros cantaores. Resultó así un cante con un sabor propio, que ni admitía ni
admite influencias extrañas, hasta tal punto que cualquier aleación lo corrompe.El cante de Alcalá viene a ser por lo tanto, algo prácticamente autóctono,
inconfundible, tan ligado a Alcalá que puede decirse que lo pasa de unos límites
Geográficos bastante reducidos, pues tiene el capricho de no pasar a la orilla Sur,
del rio Guadáira. Se queda en Alcalá o hacia tierras de Mairena, Carmena e inclu-
so más abajo, hasta Morón. El Guadáira es un muro de contención del cante de
Alcalá que, a diferencia de otros, no es un cante espectacular, aunque si es de muy
difícil ejecución, no obstante su aparente sencillez, su desarrollo lineal bellísima
mente mecido, lleno de una dulce melancolía gitana, y saturado con las esencias del
alma del hermoso paisaje alcalareño. Pero vamos a ver como se fue gestando en
realidad este cante, nacido en el seno de una familia que se formó a partir de una
pareja de gitanos llamados el Gordo y la Paula (....).





"JOAQUÍN EL DE LA PAULA"

Joaquín Fernández Franco, nombe artístico de Joaquín El de la Paula, nace en
Alcalá de Guadáira en 1.875, cantaor, y tío de los cantaores Juan Talega y de
Manolito de María.
Joaquín participa en la guerra de Cuba, donde enferma de fiebres amarillas, y
después se contagia de la enfermedad de Adisson.
Una vez que vuelve a su tierra natal, alterna se profesión de cantaor con la de
esquilador de burros y ovejas, aunque siempre se dedicó a cantar en reuniones y
Casi siempre en la Venta Platilla. Además de dominar otros estilos como la Tona,
la Siguiriya y las Bulerías, que también las bailaba, Joaquín el de la Paula se
destaca en el cante por Solea, hasta el punto de crear una escuela en este estilo,
siendo considerado como el maestro de los cantes por Solea de Alcalá.
En 1.926 Eugenio Noel se inspira en su figura y carácter y traza los perfiles del
protagonista de su novela "Martín el de la Paula en Alcalá de los Panaderos".
Apegado a su " raza y a sus costumbres " perduran numerosas anécdotas como
hombre bueno y humilde, y sobre todo como buen gitano. En 1.984 se le
homenajea en su tierra, nombrándosele a título postumo " Hijo Predilecto ", se
publica una monografía titulada" Joaquín el de la Paula, gran artífice del cante
por Solea de Alcalá", escrita por Antonio Mairena, presentándose en un acto, en
El que toman parte Manuel Alvarez, el pianista Manuel García Matos y Francisco
Vallecillo como oradores, y los artistas flamencos Fernanda y Bernarda de Utrera,
y Manuel Mairena. Sobre su personalidad artística seleccionamos las siguientes
opiniones:
Gonzalo Rojo: Joaquín fue un catorro cordobán y bronce, que cantaba sus
Martinetes poco a poco, como si cada palabra desgranara todos sus sufrimientos.
En sus Siguirilla sollozaba con tristes jipíos, enterrando al mundo en sus penas
hincadas en el alma, y sus Soleares daban pesares en vez de quitar penas,
cantándolas con un don y desafiaba al viento con los "clisos" encendidos, con la
"fílarenegría" cantando dolor y misterio, con los labios ardientes y con los
músculos tensos como cuerdas de guitarra. Joaquín vivió envuelto en su arte,
derrochándolo en su pena unas veces y otras por su contento, y con ese puro
derroche de gitanería recorrió cantando toda la escala del Arte Flamenco.
Manuel Ríos Vargas: Genio del cante por Solea, le dio fama y nombre a nuestro
pueblo cantando por este estilo, componía sus letras por Solea, así como por otros
estilos, siendo un orgullo cantar una noche entera sin repetir una letra, siendo lo
que hoy se le puede llamar un cantautor.
Antonio rincón Muñiz: Era un gitano que llevaba en la sangre todo el caudal del

Cante de Alcalá prodigándose muy poco en su círculo flamenco. Prefería la
fiesta familiar y los buenos ratos flamencos e la venta Platilla, a los Colmaos y
Cafés cantantes de Sevilla.
Ricardo Molina: Fue tan grande su personalidad, que puede decirse sin
exagerar, que é solo es todo el arte de Alcalá.
Conde de Colombí: Joaquín pasó por las mayores angustias y tribulaciones,
ocultando siempre la amargura en su corazón, dando ratos deliciosos y //
satisfacciones sin límites a mucha gente con su arte insuperable. Su cante fue un
lenguaje no aprendido, como jamás aprendieron gorjeos los, ruiseñores ocultos
en jazmines y rosales.
Manuel de Falla decía que Joaquín el de La Paula, tenía lo de los grandes
cantaores, la facultad de emitir la voz, no solo a la manera habitual, osea, los
tonos y semitonos de la escala cromática, sino que por una estructura especial en
su laringe, daba el cuarto tono, llamada "Enharmónica". Joaquín fue un
verdadero músico, como lo fuera Enrique El Mellizo, desgranando sus soleares a
la orilla del río Guadáira. Nunca quiso grabar un disco, según él no quería que los
oyeran sin pagarle, para él cante era una cosa muy seria, según él un disco era
como venderse para siempre. Según su hijo, Joaquín había ganado mucho dinero
pero le gustaba gastárselo con sus amigos, llevando muy poco a su casa.
Según Antonio el Sevillano, que comenzó a cantar con Joaquín, dejó su
testimonio de admiración y afecto: "era mu buena clase, mu buen gitano..... era
poeta. Joaquín el de la Paula hacía todas las letras que cantaba..... tenía la, voz
chica, ¡pero como tan acoplao, como cantaba tan bien!

YO TE TENGO COMPARA
CON LA QUE ESTA EN EL CASTILLO
DEL ÁGUILA DE ALCALÁ

"SOLEARES DE UTRERA"
Según R. Molina y A. Mairena en Mundo y formas del Cante Flamenco, suelen
calificarse Soleares de Utreraa las creaciones personales de Merced la Serneta y
Juaniquí de Lebrija. Las Soleares de la Serneta fueron muy populares en el último
tercio del siglo XIX. Rivalizaban con las de Enrique el Mellizo y Paquirri de Cádiz,
a las que superaba en variedad y en pasión. Realmente es difícil encontrar /
parecido a estas soleares de la gran cantaora jerezana recriada en Utrera. Acaso
en algunas se conserve un vago aire trianero. Nos encontramos con un cante muy
grande y muy puro de una mujer, verdadera especialista, que consagró su larga
vida a la Solea.
Juan de la Plata ha puesto en claro importantes datos de la biografía de Merced
La Serneta o " La Serneta", como dicen los Flamencos. Llamábase Merced
Fernández Vargas y se supone que nació en Jerez hacia 1.837. desde los veintitrés
años vivió en Utrera donde murió en 1.910. (Flamencos de Jerez, pag. 37.)
Los Flamencos antiguos dicen que se han perdido muchos de sus cantes. Que
Sepamos, con fijeza, se conservan unos cinco.
Las Soleares de Merced la Serneta tiene toda la elocuencia conmovedora del
Sentimiento; fueron las suyas las más emotivas y ardientes que se han conocido.
El cante de la Serneta tiene particular hechizo. ¿Densidad dramática? ¿Intimi-
dad femenina? ¿Incontenible pasión? Para no caer en apreciaciones subjetivas,
volvamos al plano de la objetividad que nos hemos impuesto. La naturaleza
femenina de algunas de sus letras están patentes como:

SIENDO QUE SOY TUYA
QUE "CAENITA" ME HAS "HECHAO"
QUE ME TIENES TAN SEGURA.

Su estilo confidencial tiene lentitud y expresividad de andante. En cambio la
nota impetuosa domina en la siguiente, que casi invariablemente suele cantarse
Al estilo de Merced:


YO NUNCA A MI LEY FALTE
QUE TE TENGO TAN PRESENTE
COMO LA PRIMERA VEZ.


El primero y segundo verso acaban prolongando en trémulo melisma de su
última sílaba.
Por idéntico estilo es costumbre de cantar también esta letra:

NO SE ME DABA CUIDAO:
ME HAGO CUENTA QUE HA "SÍO" UN SUEÑO
Y LO "PASAITO" "PASAO".

Lino de los cantes más representativo de la Serneta es la Solea grande:
SOY PIEDRA Y PERDÍ MI CENTRO. Pastora Pavón, que siendo moza conoció a
Merced Fernández en su casa de Utrera, nos ha legado una excelente interpreta-
ción de este cante, no parecido a ningún otro. Aunque Juan Breva, Vallejo, Pepe
Nuñez, ect,..., cultivaron con frecuencia las Soleares de la Serneta, ha sido Pastora
Pavón quien, a nuestro juicio, logró una obra maestra dentro de este estilo. Nos
referimos a la Soleá Grande de cuatro versos y a la corta, subida y valiente:


YO NO ME QUEJO A MI ESTRELLA
QUE NO HAY COSA EN ESTE MUNDO
QUE NO ME SALGA CON ELLA.


Otros grandes interpretes de los cantes de Merced fueron Tomás Pavón y
Manuel Torre. Juaniqui, a quien hemos conocido durante muchos años, fue uno de
Los soleaeros del siglo. Había nacido en Lebrija hacia 1.860 y vivió casi siempre
cerca de Utrera, cuando o en el mismo pueblo. Su choza era lugar de peregrina-
ción para los buenos aficionados de la comarca. Aquel gitano complaciente,
gracioso e ingenuo, no negó a nadie el placer de oírle. Su influjo ha sido enorme no
solo en Utrera y su término, sino en las comarcas de Alcalá, Carmena, Mairena,
Morón, Jerez, Coria y Lebrija.
Las Soleares de Juaniqui son desde luego un cante compuesto, que revela
influjos trianeros y jerezanos ( de Frijones ) por un lado y el sello de lo personal e
inédito por otro. Con seguridad podemos atribuirle unos tres cantes. Además
interpretó casi todas las Soleares sevillanas, con preferencia las de Triana.
SU PALADÍN: FERNANDA DE UTRERA.
La vimos enredada en soleares, enduendada de ritmos y presajios su garganta
gitana, en un rincón de un cuarto de taberna, enronquecida novia enamorada que
arrastraba como una llameante cabellera su trémula canción, reina del llanto
rodeada del mundo y de nosotros, quiero decir del vino y de las lágrimas.
Antonio García Ulecia, "Nocturno de Fernanda de Utrera y el llanto".
Fernanda Jiménez Peña nace en Utrera en el año 1.923, es, sin duda la mejor
solearera de este siglo, y hay quien dice que la mejor de toda la historia del cante.
Parece haber recogido directamente de Merced la Serneta la herencia de la
Solea, aunque ella misma no lo tiene muy claro: "Yo escuché decir a mi padre que
La Serneta tenía catorce o quince cantes por Solea distintos, y que hasta el propio
Juaniqui cogía cosillas de ella.... porque en Utrera había más variedad que, por
ejemplo, en Alcalá... con ese monstruo que era Joaquín el de la Paula... yo no te
Puedo decir con seguridad si mi cante es de la Serneta... ella no era artista ni
tampoco grabó na, era una gran aficiona.
LA PELEA : Cada vez que Fernanda se enfrenta a la Solea, estamos seguro de que
se libra, allí en los oscuros rincones de donde nace el manantial gitano de su cante,
una dramática batalla. Porque Fernanda, con una voz opaca y rota, casi siempre
insuficiente, arriesga todo en cada cante, pelea cada tercio hasta agotar las posibi-
lidades, rebusca, pellizca, persigue los duendes desesperada, angustiosamente...
Arriesga tanto que la cantaora se queda como desamparada ante la copla, y si no
llega al logro perseguido la vemos como quebrarse, vencida en la pelea, pero si el
logro llega, habremos tenido el privilegio -raro aún entre los frecuentadores del
cante- de asistir al milagro que siempre es una Solea dicha con rajo.
Nieta de Fernando Peña Soto el Pinini, personaje popularisimo en su tiempo,
del que aún se recuerdan anécdotas que nos dan la imagen de un tipo ocurrente,
socarrón y amigo del trago, como refleja esta copla que aún siguen cantando hoy
sus descendientes:
LA FUENTE VIEJA
S'ALBOROTAO
PORQUE EL PININI
S'HA EMBORRACHAO.
La Fernanda pertenece a una familia en la que numerosos miembros cantan,
o bailan, todos son flamencos al fin. Su hermana Bernarda es una testera de rengo
que suele actuar junto a ella, formando las dos una singular pareja de cantaores
que se complementan a la perfección.
HAY QUE EXPONER: Fernanda cree que hoy se canta peor que antes, porque no
se expone a la hora de actuar. "Todos son grandes artistas, pero ninguno expone....
Los Tocaores. Toóos imitan hasta el meneito de cabeza de Paco de Lucía, ¡Cono!....
Ahora quien se luce es el tocaor, y ese es el motivo de que antes se cantara mejor:
El Carbonerillo, su sello propio; El Niño de la Calza, su sello propio; el Sevillano,
el Gloria....todos tenían algo".
Para esta mujer lo fundamental en el cante es poner el corazón. Que las letras
digan algo que hagan sentir a quien las hace, que lleven una emoción. Sólo así el
cantaor puede llegar a la cumbre de su capacidad expresiva, como explicaba en
una ocasión : " Yo tengo un fandango grabao, eso de a mis niños no me lo
abandones..., pues desde que murió una hermana mía, eso no lo puco yo cantar,
porque me acuerdo de mi hermana que dejo a sus hijos solos. Me lo pide la gente y
forzá la canto; pero me entra un repelugno y una descomposición de cuerpo que no
puco, ea, que no puco".
No sólo la Solea. Fernanda de Utrera es también una notable interprete de otros
cantes gitanos, como las bulerias, como las cantiñas de su abuelo Pinini. Yr el
fandango lo saca de los cauces consabidos y lo engrandece hasta darle un repeto
que sólo encontramos en los fandangos de unos pocos grandes cantaores, como
Manolo Caracol. Pero la Solea es punto y aparte. Como ella misma dice, "lo juro
por mi madre, que na más escuchar tocar porSolea me descompone".
Opiniones: J. M. Caballero Bonal. ("Archivo del Cante Flamenco").
"Fernanda ha heredado de sus mayores toda la primitiva e integra pureza del
flameco. Sus Soleares son realmente insuperables. Nadie ha reelaborado ni enrri-
quecido en nuestros días, como lo ha hecho ella, el luminoso registro de la tradición
local. Los viejos estilos de Utrera, entretejidos, a veces, con los de Alcalá y Triana,
se conjugan admirablemente en la nobilísima, sollozante y profunda expresión de
Fernanda.
Antonio González Climente: "La Cantaora de Utrera exige imposibles a su voz
bronca y regateada, extrema su concentración síquica, escarba violentamente la
la fuerza humana de sus gritos y alcanza límites crueles, casi bárbaros. Dueña de
un gran sentido de la armonía, pero sin entorpecimientos para sus audacias vitales
no imita absolutamente a nadie. Pellizca en el mismo temple inicial. Sus jipíos
asustan. Sus silencios son tan cardíacos como plásticos; nos exigen salir de nosotros
mismos, movernos, buscar una aptitud espacial de recepción. Su gestión flamenca
es un sufrimiento del que no podemos escapar. Gestión o Comunión - entiéndase
correctamente - sólo sostenible en la misma órbita emocional en que se sitúa la
Fernanda. En pocos segundos nos arrastra al fondo de su misterio. Tira de
nosotros como si se tratara de una pleamar anímica. Su zona de influencia es
implacable. La Fernanda bloquea, invade, hiere".



_EL MUNDO DEL FLAMENCO_

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