martes, 22 de febrero de 2011

LOS PALOS La Debla (I) (y II)


FLAMENCO

LOS PALOS

La Debla (I)

Con la debla aparece uno de los misterios en la historia del cante flamenco: el misterio de su origen como estilo de cante. Esa es la opinión unánime de todos los especialistas. Dice Angel Alvarez Caballero refiriéndose a los oscuros vestigios de este palo: "La primera noticia nos la dio Machado Alvarez "Demófilo", pero ya envuelta en inextricables nebulosas". Y transcribe a continuación el texto del autor de la "Colección de cantes flamencos" en el que, refiriéndose a la debla, atribuye a esta palabra el significado de diosa y su origen gitano; y dado que al término "debla" le ha seguido el de "barea" al finalizar este cante, la expresión "deblica barea" podria significar "Diocesita excelente", porque, asimismo, en el leguaje caló barea equivale a grande, excelente. A continuación "Demófilo" se pregunta" pero ¿significa realmente esto?" y se responde: "No lo sabemos". Como podemos ver la duda comienza ya desde que se tiene la primera noticia de este palo. No obstante ,"Demófilo" descarga la duda sobre los cantaores de su tiempo, que nada dicen sobre esta materia, lo que le hace pensar que por no quedarse callados dichos cantaores le contestaron que Debla era el apellido de un cantaor, pero esto el autor no lo cree, con lo cual el enigma sigue sin aclararse. Finalmente cita la versión de otros cantaores entre a los que incluye a Juanelo que aseguraban que "debla barea" equivalía a decir una mentira, una cosa falsa que tenia la siguiente explicación, según sus informadores: "Cuando se comienza una copla por aire de martinete, por ejemplo, y se remata (se acaba) por otro aire musical distinto, se dice al final: debla barea, esto es, te engañé; empecé por un aire y concluí por otro; ahí tienes la copla concluida, mírala”.


José Blas Vega llega a la conclusión de que la debla debe su nombre a Blas Varea (Varea el Viejo). Según esta hipótesis fueron Varea el Viejo y El Planeta los que propagaron la debla. Como es sabido a debla siempre se la ha considerado relacionada y ejecutada como perteneciente a la familia de las tonás y entre los aficionados consideraban a Barea como su mejor intérprete y al popularizarla surgiría en el ámbito flamenco la pregunta ¿de quién es esa toná?, cuya contestación lógica sería "de Blas Barea", expresión que sonaría en la fonética andaluza "deblá barea", y de ahí la formación de la palabra "debla". Y termina Blas Vega su argumentación: "Con posterioridad, y como homenaje al creador de tan difícil estilo, al final del cante le pudieron añadir de remate el de "debla barea", que por razones expresivas, ligazón con el aire perdido final y fácil tendencia andaluza a las terminaciones ico, ica, ito, ita, se formó el "deblica barea" conocido". Pero esta hipótesis nos vuelve al argumento de "Demófilo" de los cantaores que por no quedarse callados le contestaron que debla era el apellido de un cantaor, cosa que no creyó el autor.


Ricardo Molina y Antonio Mairena, por otra parte, en su "Mundo y formas del flamenco" nos dicen: "La palabra debla es de origen sánscrito y procede de la raíz indoeuropea "dei", que significa el cielo brillante. Su parentesco con "debel" o "undebel" es manifiesto. Su aproximación a la forma "devah", sánscrita, parece indudable". Y continúan: "La hipótesis de Juanelo transmitida por "Demófilo" no tiene sentido y sí, en cambio, la popular interpretación de "diosa". Ignoramos el significado cierto de "barea". Acaso tenga que ver con la raíz indoeuropea "bher", que significa "moreno". Pero hoy, los cantaores que no aprendieron a cantar en las antologías, lo que bebieron en la fresca y viva tradición oral gitana, no añade a la debla las dos misteriosas palabras que nos ocupan". Vemos, pues, que en este abanico de hipótesis sobre la vida de la debla, estos autores rechazan la idea defendida por Blas Vega a que nos hemos referido anteriormente y asocian el término "debla" a su origen del sánscrito, pero sin posicionarse claramente sobre dicho cante. Por ello apuntan, creemos que sin mucha convicción, su propia explicación: "Seguramente la debla fue una toná de carácter religioso en sus orígenes. Seguramente cantóse a menudo en la época áurea de las tonás (primera mitad del siglo XIX); sin embargo, su tradición se había perdido prácticamente". Todo son hipótesis, ninguna pista real, como tantas cuestiones relacionadas con el flamenco.



                                                                        

FLAMENCO

LOS PALOS

La Debla (y II)

Por último, en opinión de Hipólito Rossy la debla es incluso anterior al flamenco, estimando que "de todo el cante jondo, ninguno tan angustioso, tan desolado como la debla. Es el canto del hombre que ha conocido todas las claudicaciones, todas las humillaciones, amarguras y ruindades de la vida, que vegeta si esperanzas de redención" y cita esta copla tan terrible:


Yo ya no soy quien yo era
ni quien yo soy ya seré
Soy un árbol de tristeza
pegadito a la pared. 

Para Rossy la debla es obra de un autor culto, y así nos dice: "Quien hiciera este canto, allá en su remoto origen, tuvo que ser un músico muy versado que conociera al dedillo los modos y escalas griegas; y no lo hizo espontáneamente, sino de un modo cerebral, premeditado, sabiendo que bordeaba tonalidades afines sin llegar a modular, recreándose en insinuarlas para obtener bellos contrastes sin salirse del estrecho patrón impuesto por la rigidez musical platónica. Este canto, ni puede haber surgido en los primeros tiempos en que los modos griegos estuvieron en boga, ni en los siglos de su decadencia. Es un arte mas fino que el de las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, que marcan ya el periodo de ruina de las modalidades griegas en evolución hacia los modos tonales mayor y menor que andando el tiempo llegarían a ser los únicos aceptados por la música universal. Su autor tuvo que ser un gran músico, y gozar de una potente voz, un pecho recio, y haber vivido y sufrido mucho. Como el hombre que refleja la copla".


La copla tiene cuatro versos octosílabos o polimétricos (de diversa cantidad de sílabas) y se canta sin guitarra, esto es, a "palo seco".


En el barrio de Triana
ya no hay pluma ni tintero
para escribirle a mi madre
que hace tres años que no la veo
Deblica barea... 


Pertenece al grupo de las tonás y para su cante exige en el intérprete unas extraordinarias facultades. José Carlos de Luna la llamó "martinete de martinetes"; había desaparecido prácticamente a mediados del siglo XIX hasta que Tomás Pavón la popularizó de nuevo hacia 1940, siendo su versión la que se escucha en la actualidad las raras veces que se interpreta. Por tanto, no se conoce la relación de esta versión sacada por Tomás Pavón con la debla original, llegándose a considerar por algunos expertos que esta debla de Pavón es un martinete de Triana al que se añadió los "ayes" característicos de la debla. José Blas Vega apunta otra versión de la debla conocida en Triana en el siglo XIX por los Cagancho, Pepe el de la Matrona y Caracol el Viejo:


Por las angustias grandes
que ha pasao yo
cuando vi salir al padre de mi alma
en la conducción
Deblica barea… 

Y el mismo Blas Vega incluye en su Magna Antología de Hispavox como debla de Tomás Pavón la siguiente:


Los herreros de la Cava
ellos lloraban primero
cuando se murió Tomás
el mejor del mundo entero. 

Parece, pues, que hay cierta coincidencia entre los expertos en considera a Tomás Pavón como el que se encargó de desempolvar la debla, ese cante que estaba olvidado, que hacia un siglo que no se oía. No obstante Ricardo Molina y Antonio Mairena, en su citado libro "Mundo y formas del flamenco" dicen: "Según nuestra experiencia, el que puso en circulación el cante que hoy llamamos debla fue Tomás Pavón. Ahora bien: la debla de Tomás Pavón ¿es la primitiva?, ¿la transmitió con fidelidad?, ¿En qué fuente bebió?, ¿era ésta fidedigna?, ¿se trata de una reelaboración personal?". El misterio continua…


Discografia recomendada:



  • Por tonás, deblas y martinetes.- Pepe de Algeciras, Rafael Romero y Gabriel Moreno.-Hispavox-disco 1985 - CD 1992 




  • Nueva Antología flamenca RCA (1980) -Volumen I .- Luis Caballero 
  • -Horizonte flamenco-



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