FLAMENCO

TONAS

JOSE MANUEL CABALLERO BONAL

Constituyen la más pura y lejana fuente nutricia del flamenco. Parece indudable que su apócope de <tonadas> -cancioncillas populares muy en boga en España desde principios del siglo XVII- no demuestra ninguna dependencia especial con estas últimas (...)
Fueron una creación genuínamente gitana, perteneciente a esas iniciales y ocultas manifestaciones del flamenco a las que sólo podemos tener acceso a través de conjeturas.
Es lógico suponer que debieron propagarse en secreto, sin salir de unas contadas familias de gitanos de la Baja Andalucía hasta finales del siglo XVIII. ¿En qué consistieron las tonás antes de esas primeras apariciones públicas?. La total ausencia de documentación veda cualquier hipótesis acreditada. Lo único cierto es que las tonás representan la inicial cristalización de un subterráneo e inmemorial proceso de fusiones entre los modos de la música oriental ya <andaluzada> y los peculiares sedimentos expresivos de los gitanos.
Las tonás deben considerarse, pues, cómo la enigmática generadora de todo el cante gitano-andaluz. Como ocurrió en otros muchos casos de la historia fundacional del flamenco, las tonás pertenecieron, de una forma poco menos que clandestina, a los ritos domésticos de la gitanería aposentadas en tierras de Sevilla y Cádiz. No deja de ser significativo, a éste respecto, que sus vagas y primerizas salidas a la luz fuesen posteriores a la decisión de Carlos III de liberar a los gitanos de las persecuciones a las que se vieron sometidos desde que empezaron a deambular por España. Basta una simple ojeada a las más antiguas letras de tonás que se conservan para comprobar hasta que punto está reflejado en ellas la turbulenta y errabunda vida de los gitanos (...)
Ni siquiera se ayudaban del artificioso compás del martillo sobre el yunque con que hoy suelen adornarse algunas de sus formas. La dramática soledad de la voz no necesitaba de ningún apoyo externo para expresar, pasiva y familiarmente, tantas dolorosas intimidades. Se ha dicho que las tonás, más que una modalidad concreta del cante, fue un nombre genérico dado a todos los estilos gitanos que no se acompañaban de baile; también se las ha bautizado alguna vez, y desde un punto de vista laboral, con el apelativo de cantes fragüeros. Es muy posible que algunas tonás -las hoy llamadas martinetes- se cantasen de un modo ocasional en las fraguas, del mismo modo que las carceleras no eran sino las tonás que se interpretaban en las cárceles. Ya se sabe que herrerías y prisiones eran lugares frecuentados por los gitanos. Y lo natural es que incorporasen esas experiencias a aquellos cantes: siempre lo hacían.

Selección de cantes por Tonás