El nacimiento de la flamencología
FLAMENCO
A partir de los años 50 del siglo XX empezaron a publicarse abundantes estudios antropológicos y musicológicos sobre el flamenco. En 1954 Hispavox publicó la primera Antología del Cante Flamenco, grabación sonora que fue un gran revulsivo en su época, dominada por el cante orquestado y, en consecuencia, mistificado. En 1955 el intelectual argentino Anselmo González Climent, publicó un ensayo llamado Flamencología, cuyo título bautizó al "conjunto de conocimientos, técnicas, etc., sobre el cante y el baile flamencos". Este libro dignificó el estudio del flamenco al aplicarle la metodología académica propia de la musicología y sirvió de base a los posteriores estudios sobre dicho género.
El nacimiento de la flamencología
A partir de los años 50 del siglo XX empezaron a publicarse abundantes estudios antropológicos y musicológicos sobre el flamenco. En 1954 Hispavox publicó la primera Antología del Cante Flamenco, grabación sonora que fue un gran revulsivo en su época, dominada por el cante orquestado y, en consecuencia, mistificado. En 1955 el intelectual argentino Anselmo González Climent, publicó un ensayo llamado Flamencología, cuyo título bautizó al "conjunto de conocimientos, técnicas, etc., sobre el cante y el baile flamencos". Este libro dignificó el estudio del flamenco al aplicarle la metodología académica propia de la musicología y sirvió de base a los posteriores estudios sobre dicho género.
Como consecuencia, en 1956 se organizó el I Concurso Nacional de Cante Jondo de Córdoba y en 1958 se fundó en Jerez de la Frontera la primera Cátedra de Flamencología, la más antigua institución académica dedicada al estudio, la investigación, conservación, promoción y defensa del arte flamenco. Asimismo en 1963 el poeta cordobés Ricardo Molina y el cantaor sevillano Antonio Mairena publicaron alalimónMundo y Formas del Cante Flamenco, convertida en obra de referencia obligada. Con un lenguaje sencillo el libro describe la variedad de palos y estilos, y narra la historia del cante, defendiendo erróneamente que el flamenco fue obra exclusiva de los gitanos, que lo mantuvieron en intimidad hasta que hicieron de él su profesión. Asimismo el libro diferencia entre el cante grande (meramente gitano) y el cante chico (aflamencamiento de las tonadas folclóricas andaluzas y coloniales). Por lo tanto, la obra de Molina y Mairena, introdujo en la flamencología la "tesis gitanista" y el "neojondismo" como líneas de investigación.
Durante mucho tiempo los postulados mairenistas se tuvieron prácticamente por incuestionables, hasta que encontraron respuesta en otros autores que elaboraron la "tesis andalucista", que defendía que el flamenco era un producto genuinamente andaluz, pues se había desarrollado íntegramente en esta región y porque sus palos básicos derivaban del folclore de Andalucía. Asimismo mantenían que los gitanos andaluces habían contribuido determinantemente en su formación, poniendo de manifiesto la excepcionalidad del flamenco entre las músicas y danzas gitanas de otras partes de España y Europa. La unificación de la tesis gitanista y la andalucista ha acabado por ser la más aceptada hoy en día. En resumen, entre los años 1950 y 1970, el flamenco pasó de ser un mero espectáculo para convertirse además en objeto de estudio.
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