FLAMENCO

"LA SEGUIRIYA" (LOS CREADORES) -1-

LA SIGUIRIYA

Con el Fillo la siguiriya se perfila ya como uno de los estilos fundamentales del cante flamenco. Se la vincula, con rara unanimidad, a los gitanos, pueblo al que pertenecen -salvo alguna excepción muy señalada, como la de Silverio- los más grandes siguiriyeros de la historia. También los gitanos han alimentado, con su bagaje inmemorial de penalidades y humillaciones, no sólo el contenido poético de las coplas, sino también la carga emocional y dramática de un cante que es siempre queja, grito exasperado de dolor, gemido de infinita desolación. Cante grandioso, joya de una belleza acabada y sin igual, síntesis prodigiosa de todo lo que en éste arte nos conmueve y lastima hasta dejarnos transidos en el más menesteroso de los desamparos. La siguiriya es el límite emocional del cantaor, la flagelación del sentimiento.

LA SIGUIRIYA (EN EL PRINCIPIO FUE TONA)

Si la invención de la siguiriya fue trascendental y decisiva en la historia del flamenco, la verdad es que su origen sigue siendo un misterio apenas desvelado, una nebulosa en la que sólo podemos penetrar a base de presunciones o hipótesis más o menos fundadas, pero en ningún caso demostrables.
Las incertidumbres siguen siendo muy numerosas. Echando manos del sentido común y de algunos indicios razonablemente convincentes, la teoría más acreditada en el estado actual de conocimiento sobre el tema integra a la siguiriya en el grupo de las primitivas tonás, y posiblemente se cantaba, al igual que éstas, sin acompañamiento instrumental, es decir, a palo seco. Posteriormente se desgajaría del mismo hasta ir adquiriendo su propio acento, una personalidad más rica e independiente del tronco matriz, para acabar incorporando el acompañamiento de guitarra, lo que marcaría ya un camino que habría de seguir en solitario. La introducción de la guitarra constituyó un hito trascendental no sólo en el desarrollo de la siguiriya, sino en el de todo el arte flamenco.
En el tránsito hay un punto intermedio, precisamente cuando la siguiriya deja de ser toná para convertirse en un nuevo estilo, en el que probablemente fue llamada playera. Pero ésto es un enigma más que hay que sumar a los apuntados anteriormente.
La siguiriya es el cante trágico por excelencia, la más dolorosa expresión de la agonía de un pueblo y unas gentes secularmente maltratados por la vida y por una sociedad dominante que raramente les quiso bien. Dolor, quejumbre y llanto son los ingredientes básicos de esos tres o cuatro versos que los gitanos emplearon para expresar todo un oscuro legado de irredención y pesares. Quiza cantaban así cuando ya ni en el llanto encontraban consuelo.
El llanto, siempre el llanto. Se recuerda que Silverio Franconetti, yendo camino de San Fernando, improvisó una copla emocionante que se ha hecho célebre y permanece en la memoria del cante. Fué al pasar ante el cementerio y recordar que allí estaba enterrado su amigo entrañable -y también gran cantaor- Enrique Ortega <el Gordo Viejo>; Silverio mandó parar el coche y allí mismo cantó a palo seco:

Por Puerta de Tierra

yo no quiero pasar

Me acuerdo de mi amigo Enrique

y me echo a llorar.

Silverio no era gitano, pero sabe que aprendió el cante de los gitanos, del Fillo en primer lugar, y gitano había sido aquel Enrique Ortega a quién dedicó su copla estremecida.

LA SIGUIRIYA SEGUN MANUEL DE FALLA

En uno de los cantos andaluces, en el que a nuestro juicio se mantiene más vivaz el viejo espíritu, en la siguiriya, hallamos los siguientes elementos del canto litúrgico bizantino: los modos tonales de los sistemas primitivos (que no hay que confundir con los modos que ahora llamamos griegos, aunque éstos participan a veces de la estructura de aquellos); el enharmonismo inherente a los modos primigénicos, o sea, la división y subdivisión de las notas sensibles en sus funciones atractivas de la tonalidad y, por último, la ausencia de ritmo métrico e la linea melodíca y la riqueza de inflexiones modulantes en ésta (...).
Pero además del elemento litúrgico bizzantino y del elemento árabe, hay en el canto de la siguiriya formas y caracteres independientes, en cierto modo, de los primitivos cantos sagrados cristianos y de la música de los moros de Granada. ¿De dónde provienen? A nuestro juicio, de las tribus gitanas que en el siglo XV se establecen en España, vienen a Granada, dónde viven por lo común a extramuros de la ciudad, se acercan espiritualmente al pueblo dando origen a que se designe con un nombre que delata cómo se les incorpora a la vida civil, castellanos nuevos, y así quedan diferenciados de aquellos otros de su raza en quienes perdura el espíritu nómada y son llamados gitanos bravíos.
Y éstas tribus venidas -según la hipótesis histórica- del Oriente son las que, a nuestro juicio, dan al cante andaluz la nueva modalidad en que consiste el cante jondo; es éste el resultante de los factores señalados; no es la obra exclusiva de ninguno de los pueblos que colaboran en su formación; es el fondo primigénico andaluz el que funde y forma una nueva modalidad musical con las aportaciones que no ha recibido. Más el valor de lo antes dicho se esclarecerá si analizamos los rasgos musicales que distinguen al cante jondo.
Se da el nombre de cante jondo a un grupo de canciones andaluzas cuyo tipo genuino creemos reconocer en la llamada siguiriya gitana, de la que proceden otras, aún conservadas por el pueblo y que, como los polos, martinetes y soleares, guardan altísimas cualidades que las hacen distinguir dentro del gran grupo formado por los cantos que el vulgo llama flamencos (...), Admitida la siguiriya gitana como canción tipo del grupo de las de cante jondo, y antes de subrayar su valor desde un punto de vista puramente musical, declaramos que éste canto andaluz es acaso el único europeo que conserva en toda su pureza, tanto por su estructura cómo por su estilo, las más altas cualidades inherentes al canto primitivo de los pueblos orientales (...),
(De El Cante Jondo)

GARCIA LORCA

También Garcia Lorca habló de la siguiriya gitana, y lo hizo como él tenía por costumbre, con las palabras de una belleza deslumbradoras y su asombrosa intuición para calar en las verdades últimas y emocionantes de un arte tan vinculado a la pasión humana cómo el flamenco. <La siguiriya gitana comienza con un grito terrible. Un grito terrible que divide el paisaje en dos hemisferios iguales; después, la voz se detiene para dejar paso a un silencio impresionante y medido. Un silencio en el cuál fulgura el lirio caliente que ha dejado la voz por el cielo. Después comienza la melodía ondulante e inacabable en sentido distinto al de Bach. La melodía infinita de Bach es redonda, la frase podría repetirse eternamente en un sentido circular: pero la melodía de la siguiriya se pierde en el sentído horizontal, se nos escapa de las manos y la vemos alejarse hacia un punto de aspiración común y pasión perfecta donde el alma no logra desembarcar.> Bach nuevamente en relación con el latido más profundo de lo jondo; recuérdese que al Fillo, genial siguiriyero, se le ha llamado el <Juan Sebastián Bach del flamenco>.

Recopilación de 50 Seguiriyas dónde podemos apreciar los distintos estilos de las mismas.
Faltan los números 24, -no autorizados a difundir-.
Para poder escucharlos vamos a YouTube y seleccionamos La Siguiriya (los creadpres -24) .