Manuel Giorgio Gutiérrez "PIES DE PLOMO"
FLAMENCO
Manuel Giorgio Gutiérrez
"PIES DE PLOMO"
MANUEL GIORGIO GUTIÉRREZ, cantaor gitano, más conocido en el mundo del cante flamenco con el nombre artístico de PIES DE PLOMO, nació en Sevilla en el año de 1924. Verdaderamente nunca ha actuado en ninguna actividad profesional, siendo un gran cantaor, muy querido por toda la afición que le ha escuchado, por su cante puramente gitanos de mucha inspiración en todo su arte.
Ha estado siempre dedicado toda su vida a los cantes de su tierra de Sevilla. Se casó con Tomasa, una gran cantaora, la hija de Pepe Torre, hermano de Manuel Torre, y del matrimonio nació el gran cantaor José de la Tomasa. Pies de Plomo en los cantes de Triana es realmente donde se encuentra más a gusto. Es un perfecto cantaor con mucho arte,
Ha muerto el cantaor Piesplomo
Abatido por la muerte hoy en Sevilla de Manuel Georgio Gutiérrez, el cantaor Piesplomo, padre de José el de la Tomasa, a los 88 años de edad. Imagínense cómo estará José, porque el pasado 8 de enero moría su madre, La Tomasa. Han muerto los dos en el mismo mes, con veinte días de diferencia. Golpe duro, sin duda. Manuel Piesplomo era uno de esos cantaores puros, de grandes conocimientos del cante, criado en la Alameda de Hércules de Sevilla, que llegó a conocer a todos los grandes del cante, desde Marchena y Caracol hasta El Carbonero, Tomás Pavón, su hermana Pastora, el Pinto, el Gloria, la Moreno y Vallejo, por no alargar la lista. Nunca fue una figura del cante, pero en los últimos años de su vida y gracias a su participación en el espectáculo Los Últimos de la Fiesta, de la ITEAF, se convirtió en un cantaor imprescindible para los cabales. Tenía una voz hermosa y muy flamenca, dulce como la miel y preñada de melismas. Era muy sevillano en su cante y, además, un ser humano extraordinario, simpático, de agradable trato, amigo de sus amigos. Le gustaba cantar sobre todo en reuniones de cabales, donde lo disfrutamos muchas veces. Otro grande que se ha ido y, como suele ser normal en este mundillo artístico, casi de puntillas, sin hacer ruido. Qué pena de Piesplomo, de cante bueno que se va. Pero así es la vida. Su cadáver está en el Sanatorio de San Jerónimo, en Sevilla, donde hoy se le ha dado un responso. Mañana a primera hora será incinerado en el Cementerio de San Fernando, de esta ciudad. Descanse en paz y mi más sentido pésame a sus hijos y nietos, sobre todo a su hijo José el de la Tomasa, al que mando un fuerte abrazo. La vida acaba de darle otro gran golpe.
lunes 28 de Enero de 2013
-La Gazapera-
Lo que se va es la memoria de la Alameda. Un sistema artístico tan despótico y humillante en lo personal como sublime en lo artístico. Los cantaores, los guitarristas y también algunos bailaores que antes de la guerra civil habían triunfado o "echado los dientes" como artistas en las plazas de toros de toda España tuvieron que buscar su manutención durante la posguerra en el cuartito. El público proletario que había surgido como consumidor por las nuevas condiciones laborales de la República no estaba para fiestas en los años 40 y el señorito pasó a ser el sustento del flamenco. Lo contó el propio Pies Plomo y así lo transcribió Lola Pantoja: "Había una relación entre el cantaor y la prostituta, y si el señorito la tocaba y armaba alboroto, el cantaor no tenía más remedio que aguantarse y cantar".
Pero en esta precariedad de medios y de dignidad, se desarrolló el arte de genios del siglo XX como Tomás Pavón, Pepe Aznalcóllar, Antonio el de la Calzá y un largo etcétera entre el que está el propio Manuel Vallejo o la Niña de los Peines. Con ellos convivió y de su arte se alimentó un joven Manuel Giorgio Gutiérrez, que había nacido en 1924 en el 40 de la calle Ciego, en el corazón de la Alameda de Hércules sevillana, que con 13 o 14 años ya frecuentaba Casa Morillo, La Sacristía, Casa Bautista, Las Siete Puertas y Los Majarones, esto es, los locales de cante flamenco de la noche alamedera. Se lo contó a Manuel Cerrejón en la película Alameda de Hércules y a Pantoja en el libro El cante de cuartito: "Algunas veces mi suegra me mandaba por mi suegro [Pepe Torre] y yo le decía: Que me ha dicho Gracita que si ha ganao usté algo. Y él me daba un duro y con eso ya tenía para mantener un día a toda la familia, que eran siete chiquillos". Pies Plomo era la memoria de la Alameda y la de Triana, es decir, de todo el cante de Sevilla. Pues en sus tiempos de pescador de río alternó con los cantaores del Zurraque, que le enseñaron los cantes de la Adonda y de Ramón el Ollero.
Grabó en 1973 con la guitarra de Eduardo de la Malena, y dos obras colectivas en los 80: el primero fue un disco doble publicado en el 86, Los últimos de la fiesta, con Tragapanes, Maera, El Coco, Cobitos, Enrique Orozco, Manuel Ávila, La Periñaca, Tía Marina, El Negro, La Sallago, Pepe Albaicín, Tío Juane, Isidro Sanlúcar, Eduardo de la Malena, Habichuela el Viejo, Manolo Carmona, El Tranca y su mujer, Tomasa. Este disco, y la gira a que dio lugar, fue una idea genial de José Luis Ortiz Nuevo, que puso en órbita a algunas de las viejas glorias vivas del arte flamenco, con el baile de Tía Juana la del Pipa y Pastora la del Pati. La otra grabación colectiva que vio la luz en los años 80 fue En la raíz del cante (1988), con Perrate, Tomasa y Pedro Peña. Pies de Plomo cantaba con un hilillo de voz dolorida, dulce y sentimental.
-JUAN VERGILLOS SEVILLA-
Adiós a la memoria de la Alameda
Muere a los 88 años el cantaor Pies Plomo, padre de José de la Tomasa y último protagonista de los 'cantes de cuartito' de posguerra
Lo que se va es la memoria de la Alameda. Un sistema artístico tan despótico y humillante en lo personal como sublime en lo artístico. Los cantaores, los guitarristas y también algunos bailaores que antes de la guerra civil habían triunfado o "echado los dientes" como artistas en las plazas de toros de toda España tuvieron que buscar su manutención durante la posguerra en el cuartito. El público proletario que había surgido como consumidor por las nuevas condiciones laborales de la República no estaba para fiestas en los años 40 y el señorito pasó a ser el sustento del flamenco. Lo contó el propio Pies Plomo y así lo transcribió Lola Pantoja: "Había una relación entre el cantaor y la prostituta, y si el señorito la tocaba y armaba alboroto, el cantaor no tenía más remedio que aguantarse y cantar".
Pero en esta precariedad de medios y de dignidad, se desarrolló el arte de genios del siglo XX como Tomás Pavón, Pepe Aznalcóllar, Antonio el de la Calzá y un largo etcétera entre el que está el propio Manuel Vallejo o la Niña de los Peines. Con ellos convivió y de su arte se alimentó un joven Manuel Giorgio Gutiérrez, que había nacido en 1924 en el 40 de la calle Ciego, en el corazón de la Alameda de Hércules sevillana, que con 13 o 14 años ya frecuentaba Casa Morillo, La Sacristía, Casa Bautista, Las Siete Puertas y Los Majarones, esto es, los locales de cante flamenco de la noche alamedera. Se lo contó a Manuel Cerrejón en la película Alameda de Hércules y a Pantoja en el libro El cante de cuartito: "Algunas veces mi suegra me mandaba por mi suegro [Pepe Torre] y yo le decía: Que me ha dicho Gracita que si ha ganao usté algo. Y él me daba un duro y con eso ya tenía para mantener un día a toda la familia, que eran siete chiquillos". Pies Plomo era la memoria de la Alameda y la de Triana, es decir, de todo el cante de Sevilla. Pues en sus tiempos de pescador de río alternó con los cantaores del Zurraque, que le enseñaron los cantes de la Adonda y de Ramón el Ollero.
Grabó en 1973 con la guitarra de Eduardo de la Malena, y dos obras colectivas en los 80: el primero fue un disco doble publicado en el 86, Los últimos de la fiesta, con Tragapanes, Maera, El Coco, Cobitos, Enrique Orozco, Manuel Ávila, La Periñaca, Tía Marina, El Negro, La Sallago, Pepe Albaicín, Tío Juane, Isidro Sanlúcar, Eduardo de la Malena, Habichuela el Viejo, Manolo Carmona, El Tranca y su mujer, Tomasa. Este disco, y la gira a que dio lugar, fue una idea genial de José Luis Ortiz Nuevo, que puso en órbita a algunas de las viejas glorias vivas del arte flamenco, con el baile de Tía Juana la del Pipa y Pastora la del Pati. La otra grabación colectiva que vio la luz en los años 80 fue En la raíz del cante (1988), con Perrate, Tomasa y Pedro Peña. Pies de Plomo cantaba con un hilillo de voz dolorida, dulce y sentimental.
-JUAN VERGILLOS SEVILLA-
Pies de Plomo _ Seguiriyas _ 1972 _Rito y Geografía del Cante
Pies de Plomo - Soleares - 1985
Manuel Gutierrez ``Pies de Plomo´´por Fandangos
Manuel Gutierrez ``Pies de Plomo´´por Soleá
Manuel Gutierrez ``Pies de Plomo´´por Soleá de Triana
Pies de Plomo - Soleares - 1987
Pies de Plomo - Bulerías - 1987
Manuel Gutierrez ``Pies de Plomo´´por Soleá
Flamenco Bambera Pies de Plomo Polito de la Alameda
Flamenco Alegrías Pies de Plomo Polito de la Alameda
Flamenco Bulerías Pies de Plomo Polito de la Alameda
Flamenco Fandangos Pies de Plomo Polito de la Alameda
Etiquetas: Manuel Giorgio Gutiérrez PIES DE PLOMO
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