Ramón Jiménez Tinoco "JUAN BARCELONA"
Ramón Jiménez Tinoco
"JUAN BARCELONA"
RAMÓN JIMÉNEZ TINOCO, cantaor gitano, más conocido en el arte del cante flamenco con el nombre artístico de JUAN BARCELONA, era hijo de La Roezna y de Josele, nació el día 24 de Septiembre de 1906, en Mairena del Alcor (Sevilla), murió el día 25 de Agosto de 1974, contando con sesenta y ocho años de edad. Y como curiosidad anecdótica fue bautizado donde por aquella época se encontraban sus padres pelando ganado en Mairena. Hay muchos aficionados que se preguntan porqué de la denominación de Barcelona; la respuesta real es la siguiente: Dicen que su madre al verle en el nacimiento exclamó: Ozú Josele, este niño es más grande que Barcelona. Apodo que se le quedaría eternamente y por el que fue sobradamente conocido.
Juan se casó con Josefa Núñez “La Pepilla”, gitana natural de Morón de la Frontera, hija del “Marquesito” y nieta del legendario Pinini. No tuvieron descendencia. Juan Barcelona intervino en varias películas junto a artistas de gran renombre. Con Juanita Reina intervino en La Blanca Paloma y junto a Carmen Amaya hizo María de la O, donde además de la popular bailaora, intervinieron las no menos populares Pastora Imperio y María Amaya Fajardo “La Gazpacha”, famosa cantaora granadina, ganadora de uno de los premios en el célebre concurso de 1922; los exteriores de esta última película se rodaron en Alcalá de Guadaíra, -Hacienda Nueva y Santuario de la Ermita de la Virgen del Águila.
Juan era muy pulcro y limpio en el vestir, alto y muy derecho, con su saber siempre estar, con una elegancia innata y dándole a cada uno su sitio. Por todas estas cualidades gozaba de una gran estima y admiración por donde le conocían. Conjuntamente con una hija no natural de Joaquín el de la Paula, de nombre Mercedes y casada con un sobrino suyo, tiene grabado un cante por Tangos–Rumbas con la guitarra de Benítez el de Alcalá registrado por Caballero Bonald. Juan Barcelona participó en varios recitales Flamencos acompañando a Platero de Alcalá, El Poeta y Alfredo Aragón como guitarrista. Trascendió fuera de nuestras fronteras, como fue en Portugal adonde se desplazó para trabajar con El Platero, Alfredo Aragón, El Poeta y la bailaora Isabel Vargas.
De él se cuenta varias anécdotas, de las que no se salvaron ni tan siquiera SSMM los Reyes de España, que en cierta ocasión que fueron agasajados en la caseta El Cortijo Oromana de la Feria de Sevilla con un cuadro Flamenco, ocurrió lo que sigue: Al ir los artistas a ofrecer sus respetos a los Reyes y tocarle el turno a Juan Barcelona, se dirigió a Dª Sofía y le dijo textualmente: “Osú ¡qué reina más guapa, cojones! Es usted la reina más guapa de España, puñetas” provocando la sorpresa de ella y las risas de D. Juan Carlos.
Su amigo Francisco Vellecillos le recordó de esta forma: No sabía cantar, no tocaba la guitarra, no era bailaor ni sabía hacer palmas. ¡Ah!, pero Juan Barcelona, omnipresente en todo el quehacer flamenco de su tierra, dueño y señor de la más alta prosapia del dificilísimo saber estar, estampa y blasón de la mejor gitanería, suma de bondad al servicio de la amistad y acaso uno de los últimos faraones de nuestra gitanería andaluza, no puede omitirse en ninguna referencia, vulgar o erudita que sea, del Alcalá que tanto amó. Si fuéramos poetas, ya habríamos escrito la oda a Juan Barcelona, cuyo espíritu vaga por las esquinas de su pueblo, en los alrededores de la Venta Platilla, por el arco que en la subida al Castillo daba acceso al camino de Joaquín el de la Paula.
La camisa rizada e impoluta, el traje ajustado y pulcro, el “estuche” llevado con la solemnidad de una corona imperial, la imagen de Juan Barcelona ha quedado eternamente vinculada a esta tierra tan querida y tan significante en la definida geografía del cante de los gitanos andaluces.
Pero fue Joaquín el de la Paula el que dio su forma culminante y definitiva al cante por soleá que se formó en su familia y que, siendo por ello el cante de Joaquín el de la Paula, pronto empezó a llamarse cante por soleá de Alcalá o, simplemente, cante de Alcalá. Joaquín imprimió a ese cante su personalidad y sus dificilísimos duendes, desarrollándolo al máximo y dándole, al mismo tiempo, su inconfundible e inimitable sello alcalareño. Junto a Joaquín, ha habido otros alcalareños, todos ellos gitanos cien por cien, que han sido altos valores del cante de Alcalá. Entre ellos hay que mencionar a 1a Roezna, mujer de Josele y madre de Juan Barcelona. Esta gitana también cantaba por romances y por arboreá. Yo tuve ocasión de oírla hace mucho tiempo, en mis principios como cantaor. La Roezna cantaba cantes por soleá bailable que eran muy puros y que también los ejecutaba su hijo, Juan Barcelona. Otra personalidad del cante de Alcalá fue uno de los hermanos Pelaos de Triana, llamado José, tío de los Pavones. Procedente de Triana, vivió en Utrera y en Alcalá, muriendo en esta población. Tanto Arturo como Pastora Pavón afirmaban que cantaba fantásticamente por soleá. También fue un gran intérprete del cante de Alcalá Juan Fernández Vargas (Juan Talegas), hijo de Agustín el del Gordo. Aunque nació en Dos Hermanas, a donde, como hemos dicho, se fue a vivir su padre, fue honra del cante alcalareña. En cierta ocasión, Manuel Torre dijo de él que su cante tenía rasgos negros. Y el último gran intérprete de esa maravilla de cante de que hablo fue Manolito el de María, nieto también de E1 Gordo y de la Paula. Manolito María cantaba con un sentimiento casi religioso y su cante sonaba gitano hasta lastimar. Fuera de los nombrados, ya no queda nadie en Alcalá que interprete sus cantes, sacando a un hijo de Joaquín el de la Paula, Enrique, el cual, aunque con pocas facultades, conserva el cante de su padre. Alcalá se ha quedado muda. Es triste reconocer este hecho increible pero cierto. Alguna vez lo he dicho cantando.
-El arte de vivir el flamenco
Juan Barcelona-Soleares y Bulerías
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