martes, 10 de enero de 2012

Rito y Geografía del Cante Flamenco - Evolución del cante



FLAMENCO


Historia y evolución del Cante Flamenco

-Los Andaluces-


Trasfondo histórico-social del proceso de gestación del cante flamenco

«El flamenco nació y se desarrolló en el anonimato, lo que hace difícil encontrar testimonios válidos y referencias históricas objetivas concernientes a su aparición.

Lo que se sabe hoy con certeza es que el flamenco es el grito elemental - en sus formas primitivas - de un pueblo sumido en la pobreza y en la ignorancia, para quien sólo existen las necesidades perentorias de la existencia primaria y los sentimientos instintivos.

El arte gitano andaluz puede -y debe- entenderse también como un estilo de vida. Los primeros intérpretes, gitanos todos, hicieron del flamenco no sólo un recurso más para escapar del hambre, sino un sistema comunicativo destinado a su exclusivo uso doméstico.

El cantaor no hace arte para los demás, no canta para los otros, sino para sí mismo, la copla es autoterapia. La tragedia del cante no es fingimiento. No es teatro ni pretende efectos sobre el público.

La profunda y extraña compenetración de gitanos y andaluces no se explica si no por un entendimiento perfecto entre el perseguido gitano y el proletario andaluz, a través de algo parecido a una instintiva y común conciencia de estado socioeconómico.

Su principal fuente de ganancia en los siglos XVIII y XIX fueron los tratos en las numerosas ferias andaluzas: Jerez, Cádiz, Córdoba, Sevilla, Ronda. Tras las leyes de Fernando VII contra los gitanos sin domicilio que concurrían a las ferias, los „sedentarios“ se dedicaron a la forja y la herrería, el comercio (tabernas, cafés, telas de contrabando y objetos diversos) y, por supuesto, al cante y al baile. En otros tiempos les estaba prohibido trabajar el hierro, hacer calderos y habitar en sitios donde hubiese minas.

A principios del XVI los gitanos ya habían recogido la música folklórica andaluza, y habían empezado a marcarla con su sello interpretativo. Su convivencia en la ilegalidad con los moriscos ha tenido una importancia de primer plano, ya que por éstos se impregnaron de los conceptos musicales desarrollados por los árabes.

El cante, en sus formas primitivas, no tenía acompañamiento musical, después, ese acompañamiento consistió en vihuelas o bandolinas, la guitarra no formó parte íntegra del flamenco hasta el siglo XIX.

La mayoría de las coplas han sido creadas en la primera mitad del XIX, época en la cual el recuerdo de las persecuciones y de la no integración social estaba todavía cerca.

Las más antiguas que conocemos nos hablan más que de persecuciones, de torturas, de pesadillas, de muerte. Su trágico universo se funda en hechos históricos. Las más arcaicas aluden a persecuciones anteriores al XIX; existe un grupo trianero que relata líricamante la persecución local que hacia 1800 sufrieron los gitanos en el barrio de Triana.

Se puede considerar la copla flamenca como un relato histórico transmitido de forma oral, como lo hacían los trovadores del siglo XIII que iban de castillo en castillo, cantando las hazañas de tal o cual rey, relatando tal batalla o las penas amorosas de una princesa.

La copla flamenca es básicamente, y sobre todo, el testimonio histórico de la raza gitana, transmitido oralmente. [...]

Según la tradición al parecer antigua, los presos gitanos utilizaban las Carceleras mediante coplas en kaló, para hacer llegar avisos, órdenes o noticias a sus familiares o amigos apostado en el exterior de la cárcel.

El Cante no ha sido nunca para el gitano un artificio, sino la directa expresión de sus hábitos. [...]

Bien poco sabemos de las coplas que hablaron entonces con el sello de la rebelión, si es que hubo, quizás porque el Cante no es género propicio a los escándalos y se consume en sí mismo sin proclamas. Quizás porque el Cante servía expresamente para amortiguar los dolores y no invitaba nunca a combatirlos. [...]

El arte flamenco prosperó entre los gitanos "aclimatados" en estrecha convivencia con el bajo pueblo andaluz y no entre los nómadas. ¿Por qué fueron ellos y sólo ellos, esos pocos gitanos asentados en la Baja Andalucía, los únicos que hicieron florecer la semilla de tan preclara y hermética personalidad? Quizás, porque el Cante era la única válvula de escape de este pueblo marginado.

El Cante empezó siendo manifestación íntima de una minoría despreciada. Las primeras coplas, encontradas en las Tonás, relatan la lamentable y turbulenta vida del pueblo gitano, pueblo que las fue creando. No hay ninguna propuesta de rebeldía en el humano fundamento de este cante, sino una especie de airada conformidad. Sus temas definen los grandes temas del flamenco primitivo: las persecuciones y penalidades, el amor y la muerte, la cárcel y la libertad, la presencia de la madre y la carencia de esperanzas.

El desarrollo histórico del flamenco pasa por una larga etapa obscura e impenetrable, que va del siglo XVI a finales del XVIII. Este periodo de gestación coincide con la etapa de desprecio y persecuciones de los gitanos; su vida al margen de la ley los obliga a vivir en la clandestinidad junto a los moriscos también perseguidos.

A principios del siglo XVI, los gitanos ya habían recogido la música folklórica andaluza, y habían empezado a marcarla con su sello interpretativo. Su convivencia en la ilegalidad con los moriscos ha tenido una importancia de primer plano, ya que por éstos se impregnaron a fondo de los conceptos musicales desarrollados por los árabes.

Según R. Molina, el flamenco sale de su anonimato alrededor de 1780. La verdad es que los primeros testimonios surgen a partir de las dos últimas décadas del siglo XVIII, después de promulgarse el cese de las hostilidades hacia los gitanos por la Pragmática de Carlos III. Por esas fechas, empiezan los primeros balbuceos y el primer intento de penetración en algunos sectores andaluces; el Cante, en sus formas primitivas, no tenía acompañamiento musical, después, ese acompañamiento consistió en vihuelas o bandolinas, la guitarra no formó parte íntegra del flamenco hasta el siglo XIX.

El gitano empieza entonces, a finales del XVIII, a viajar de pueblo en pueblo, en un desesperado intento de malvivir, sacando algún beneficio de sus peculiares facultades expresivas, aunque infringiendo para eso cierta ideología tribal. A partir de 1800, con motivos de fiestas, se llamaba a gitanos para animarlas. Poco a poco el flamenco ayudaba a los gitanos a integrarse. Este arte iba penetrando, entonces, diversas capas sociales, popularizándose, en el ambiente andaluz, ya que por esas fechas florecían los cantes populares.»


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