LOS PALOS Las malagueñas (II)
FLAMENCO
LOS PALOS
Las malagueñas (II)
Al tratar del origen y evolución de las mas malagueñas como estilo, siempre se nos aparece la persona de Juan Breva, figura controvertida, ya que tanto los especialistas como los aficionados del mundo flamenco no han llegado a ponerse de acuerdo a la hora de dar nombre a los cantes que hacia el famoso cantaor de Vélez. Y así, unos les han dado el nombre de fandangos, otros han señalado que lo que Juan Breva cantaba eran verdiales. En todo caso, según esta corriente de opinión a los cantes de Juan Breva de ninguna forma se les puede encuadrar en el ámbito de las malagueñas. Por contra, se mantiene por otros especialistas del flamenco que los famosos cantes de Juan Breva son las primeras malagueñas, siendo los fandangos abandolaos su más directo antecedente. De nuevo nos encontramos con la habitual polémica cuando se trata de temas flamencos.
Entre las letras de malagueñas de este cantaor una de las más conocidas es la siguiente:
Un céntimo le di a un pobre
y me bendijo mi madre.
¡Que limosna tan pequeña
pa recompensa tan grande!
Los cantes por malagueñas , a partir de Juan Breva, entran en un proceso evolutivo, en el que nuevos intérpretes aportan su propio sello dentro de este palo. Y así, las malagueñas de El Canario o de la Trini, las del Niño Tomares o las del maestro Ojana son diferentes a las de Juan Breva. Del mismo modo, los cantes por este estilo de Enrique el Mellizo, Fosforito el Viejo y Chacón, de donde se dice que arrancan las "malagueñas nuevas", suponen un salto evolutivo con relación a las de las figuras citadas con anterioridad, que se agrupan entre los intérpretes de las que se han llamado "malagueñas de transición".
A partir de Juan Breva, podemos citar, entre otros, a los siguientes creadores de malagueñas:
El Canario (Juan de los Reyes Osuna): Nació en Álora (Málaga) en 1855 y murió en el puente de Triana (Sevilla) en el mes de agosto de 1885, apuñalado por instigación del padre de la cantaora conocida como La Rubia. Fernando de Triana dice en su conocida obra que El Canario y Juan Breva cantaron la malagueña pura, cante de gran intensidad y brillantez. Según Angel Alvarez Caballero este cantaor "introdujo la costumbre de comenzar la copla con la última palabra del primer verso:
Las gentes,
por el hablas de las gentes
............................
............................
que fue copiada después por infinidad de cantaores, ampliándose la costumbre a otros géneros, como los tientos, las cartageneras o ciertos fandangos de Huelva".
El arte de este cantaor se definió, además de por la pujanza de su malagueña, por el parentesco de ésta con los cantes levantinos, principalmente las cartageneras. Entre las letras de las malagueñas de El Canario podemos citar la siguiente:
Tengo que poner espías,
para ver si mi amor viene,
al pié de Torre García;
no sé para mí qué tiene
el camino de Almería.
El Perote (Juan Trujillo García): Debe su sobrenombre al pueblo de su nacimiento (Álora), ya que todos los naturales de este pùeblo malagueño se les suele denominar "perotes". La vida de este cantaor transcurrió entre mediados del siglo XIX y primeros años del siglo XX. Según Jorge Martin Salazar "la malagueña de El Perote, la más primitiva de las malagueñas de la transición es un cante valiente y gallardo, de regusto campero, que todavía semeja guardar el recuerdo del fandango popular de donde seguramente proviene".
Como una de las letras de malagueñas de este cantaor podemos citar:
Tengo canales en la cara
de tanto llorar por ti;
los suspiros que tú dabas
eran tormentos "pa" mi,
cuando de ti me acordaba.
La Trini (Trinidad Navarro Carrillo): Se la considera la mujer que mejor ha cantado por malagueñas. Nació en Málaga en el año 1868. Poseía una gran voz y unas facultades extraordinarias, hecho éste que decepcionó a Fernando el de Triana, que alternó alguna vez con ella, ya que, según este cantaor, el exceso de facultades de "La Trini" restaba emoción a su cante. No obstante, y sobre todo, sus cantes por malagueñas forman parte de la historia del flamenco, y actualmente, cuando se canta por malagueñas, el estilo de esta gran cantaora está presente.
La grandeza de su arte siempre estuvo acompañado por el lado oscuro de la desgracia en su vida personal, donde las penas y sufrimientos no le faltaron nunca, tanto en el periodo de sus turbias relaciones con Agustín "El Caracolero", como por el hecho de la terrible enfermedad que la puso al borde de la muerte. Fernando el de Triana, que la oyó cantar en muchas ocasiones, relata así como hacia sus cantes esta artistas en los postreros años de su vida: "...mientras más se agotaba físicamente, más sublime era el arte que iba descubriendo, hasta el extremo que en los últimos años, cuando ya no cantaba en público, y de cuando en cuando, alternaba unos momentos en algunas de las reuniones que frecuentaban su famoso ventorrillo de la Caleta, en Málaga, entonces era cuando estaba verdaderamente incopiable. ¡Qué cosas le hacia a los cantes!
Entre las letras de malagueñas de esta cantaora está la siguiente:
Regando voy con mi llanto
el camino de la "vía".
Son tan grandes mis quebrantos
que tengo la fe "perdía";
el mundo me causa espanto.
Entre las letras de malagueñas de este cantaor una de las más conocidas es la siguiente:
Un céntimo le di a un pobre
y me bendijo mi madre.
¡Que limosna tan pequeña
pa recompensa tan grande!
Los cantes por malagueñas , a partir de Juan Breva, entran en un proceso evolutivo, en el que nuevos intérpretes aportan su propio sello dentro de este palo. Y así, las malagueñas de El Canario o de la Trini, las del Niño Tomares o las del maestro Ojana son diferentes a las de Juan Breva. Del mismo modo, los cantes por este estilo de Enrique el Mellizo, Fosforito el Viejo y Chacón, de donde se dice que arrancan las "malagueñas nuevas", suponen un salto evolutivo con relación a las de las figuras citadas con anterioridad, que se agrupan entre los intérpretes de las que se han llamado "malagueñas de transición".
A partir de Juan Breva, podemos citar, entre otros, a los siguientes creadores de malagueñas:
El Canario (Juan de los Reyes Osuna): Nació en Álora (Málaga) en 1855 y murió en el puente de Triana (Sevilla) en el mes de agosto de 1885, apuñalado por instigación del padre de la cantaora conocida como La Rubia. Fernando de Triana dice en su conocida obra que El Canario y Juan Breva cantaron la malagueña pura, cante de gran intensidad y brillantez. Según Angel Alvarez Caballero este cantaor "introdujo la costumbre de comenzar la copla con la última palabra del primer verso:
Las gentes,
por el hablas de las gentes
............................
............................
que fue copiada después por infinidad de cantaores, ampliándose la costumbre a otros géneros, como los tientos, las cartageneras o ciertos fandangos de Huelva".
El arte de este cantaor se definió, además de por la pujanza de su malagueña, por el parentesco de ésta con los cantes levantinos, principalmente las cartageneras. Entre las letras de las malagueñas de El Canario podemos citar la siguiente:
Tengo que poner espías,
para ver si mi amor viene,
al pié de Torre García;
no sé para mí qué tiene
el camino de Almería.
El Perote (Juan Trujillo García): Debe su sobrenombre al pueblo de su nacimiento (Álora), ya que todos los naturales de este pùeblo malagueño se les suele denominar "perotes". La vida de este cantaor transcurrió entre mediados del siglo XIX y primeros años del siglo XX. Según Jorge Martin Salazar "la malagueña de El Perote, la más primitiva de las malagueñas de la transición es un cante valiente y gallardo, de regusto campero, que todavía semeja guardar el recuerdo del fandango popular de donde seguramente proviene".
Como una de las letras de malagueñas de este cantaor podemos citar:
Tengo canales en la cara
de tanto llorar por ti;
los suspiros que tú dabas
eran tormentos "pa" mi,
cuando de ti me acordaba.
La Trini (Trinidad Navarro Carrillo): Se la considera la mujer que mejor ha cantado por malagueñas. Nació en Málaga en el año 1868. Poseía una gran voz y unas facultades extraordinarias, hecho éste que decepcionó a Fernando el de Triana, que alternó alguna vez con ella, ya que, según este cantaor, el exceso de facultades de "La Trini" restaba emoción a su cante. No obstante, y sobre todo, sus cantes por malagueñas forman parte de la historia del flamenco, y actualmente, cuando se canta por malagueñas, el estilo de esta gran cantaora está presente.
La grandeza de su arte siempre estuvo acompañado por el lado oscuro de la desgracia en su vida personal, donde las penas y sufrimientos no le faltaron nunca, tanto en el periodo de sus turbias relaciones con Agustín "El Caracolero", como por el hecho de la terrible enfermedad que la puso al borde de la muerte. Fernando el de Triana, que la oyó cantar en muchas ocasiones, relata así como hacia sus cantes esta artistas en los postreros años de su vida: "...mientras más se agotaba físicamente, más sublime era el arte que iba descubriendo, hasta el extremo que en los últimos años, cuando ya no cantaba en público, y de cuando en cuando, alternaba unos momentos en algunas de las reuniones que frecuentaban su famoso ventorrillo de la Caleta, en Málaga, entonces era cuando estaba verdaderamente incopiable. ¡Qué cosas le hacia a los cantes!
Entre las letras de malagueñas de esta cantaora está la siguiente:
Regando voy con mi llanto
el camino de la "vía".
Son tan grandes mis quebrantos
que tengo la fe "perdía";
el mundo me causa espanto.
Etiquetas: LOS PALOS Las malagueñas (II)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio