LOS PALOS El Fandango (y III)
FLAMENCO
LOS PALOS
El Fandango (y III)
Fandangos de Huelva
La provincia de Huelva es uno de los lugares en donde más ha arraigado el fandango. Tan cierto es esto que bastantes pueblos de esta provincia poseen un estilo (o más de uno) diferenciado de fandango. Ello no quiere decir que cada pueblo onubense renga su fandango, como a veces se ha afirmado. Es más, se ha dado el caso en que se han citado pueblos de esta provincia, adjudicándole fadango propio, cuando en realidad no era cierto.
Los pueblos de Huelva con fandango propio están situados en dos comarcas determinadas: La Sierra de Huelva y el Andévalo. En la Sierra de Huelva, son los pueblos de Encinasola y Almonaster la Real los que tienen fandango propio, y en la comarca del Andévalo tienen fandango los pueblos de Alosno, el Cerro de Andévalo, Cabezas Rubias, Santa Bárbara de Casa, Calañas, Zalamea la Real, Minas de Riotinto y Valverde del Camino.
En el ámbito del flamenco decir Huelva es pensar en el fandango. La importancia de este estilo en dicha provincia, y en el flamenco en general merece un tratamiento exclusivo, separado del estudio general del fandango.
El fandango de Almería
Rafael Molina y Antonio Mairena opinan que el fandango de Almería "marca el minimun flamenco y el máximun folclórico". Según los citados autores "está más cerca de las jotas, de las sardanas o de las seguidillas manchegas que de la soleá o de la seguiriya gitana: Es puro cante regional bailable".
Su razón de ser era acompañar al baile. En consecuencia, llevaba anejo una casi total ausencia de cantaores, y entre los cantaores de este fandango pueden citarse a "Rojo el Alpargatero" y a "Pepe el Marmolista".
Actualmente se oye poco este fandango.
Fandangos que se transforman en estilos flamencos específicos
Existen una serie de estilos flamencos que se suelen denominar, no siempre acertadamente, bajo las etiquetas de "Cantes de Levante" (malagueña, granainas, rondeña, jabera, jabegotes...) y "Cantes de las Minas" (taranta, taranto, cartagenera, minera, murciana, levantica...) que han brotado del fondo común del fandango. En la actualidad poséen identidad propia y diferenciada, que les permite ocupar un puesto en el ámbito del cante flamenco.
Fandangos personales
Los estilos personales del fandango se manifiestan en la etapa del flamenco denominada "Ópera flamenca". En esta época fandanguera (primeras décadas del siglo XX) hubo intérpretes que en realidad no aportaron nada a este estilo del flamenco y, por el contrario, otros que dejaron su sello personal, con aportaciones de valor. Tal es el caso de Cayetano Muriel ("Niño de Cabra"), Carbonerillo, El Gloria, Frasquito Yerbabuena, Macandé, Manuel Torre... Ya, más cercanos en el tiempo, están los nombre de Manolo Caracol, Terremoto, El Sordera y pocos más.
El nombre de Pepe Marchena brilla con luz propia en la época de la "ópera flamenca", pues se le considera el intérprete que desrregionaliza el fandango y lo encauza por nuevos caminos.
Estos estilos personales fueron objeto de imitación por otros cantaores de segunda fila y por aficionados.
Molina y Mairena llegan a distinguir, dentro de los fandangos personales, cuatro grupos:
Bibliografía consultada
• Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco. Ed. Cinterco. Madrid, 1988.
• Mundo y formas del cante flamenco. R. Molina y A. Mairena. Ed. Al Andalus. Sevilla, 1973.
• Discoteca Ideal del Flamenco. Ángel Álvarez Caballero.
Discografía recomendada
• Magna Antología del Cante Flamenco. Hispavox, 1982.
• Por Fandangos. Hispavox, 1954.
La provincia de Huelva es uno de los lugares en donde más ha arraigado el fandango. Tan cierto es esto que bastantes pueblos de esta provincia poseen un estilo (o más de uno) diferenciado de fandango. Ello no quiere decir que cada pueblo onubense renga su fandango, como a veces se ha afirmado. Es más, se ha dado el caso en que se han citado pueblos de esta provincia, adjudicándole fadango propio, cuando en realidad no era cierto.
Los pueblos de Huelva con fandango propio están situados en dos comarcas determinadas: La Sierra de Huelva y el Andévalo. En la Sierra de Huelva, son los pueblos de Encinasola y Almonaster la Real los que tienen fandango propio, y en la comarca del Andévalo tienen fandango los pueblos de Alosno, el Cerro de Andévalo, Cabezas Rubias, Santa Bárbara de Casa, Calañas, Zalamea la Real, Minas de Riotinto y Valverde del Camino.
En el ámbito del flamenco decir Huelva es pensar en el fandango. La importancia de este estilo en dicha provincia, y en el flamenco en general merece un tratamiento exclusivo, separado del estudio general del fandango.
El fandango de Almería
Rafael Molina y Antonio Mairena opinan que el fandango de Almería "marca el minimun flamenco y el máximun folclórico". Según los citados autores "está más cerca de las jotas, de las sardanas o de las seguidillas manchegas que de la soleá o de la seguiriya gitana: Es puro cante regional bailable".
Su razón de ser era acompañar al baile. En consecuencia, llevaba anejo una casi total ausencia de cantaores, y entre los cantaores de este fandango pueden citarse a "Rojo el Alpargatero" y a "Pepe el Marmolista".
Actualmente se oye poco este fandango.
Fandangos que se transforman en estilos flamencos específicos
Existen una serie de estilos flamencos que se suelen denominar, no siempre acertadamente, bajo las etiquetas de "Cantes de Levante" (malagueña, granainas, rondeña, jabera, jabegotes...) y "Cantes de las Minas" (taranta, taranto, cartagenera, minera, murciana, levantica...) que han brotado del fondo común del fandango. En la actualidad poséen identidad propia y diferenciada, que les permite ocupar un puesto en el ámbito del cante flamenco.
Fandangos personales
Los estilos personales del fandango se manifiestan en la etapa del flamenco denominada "Ópera flamenca". En esta época fandanguera (primeras décadas del siglo XX) hubo intérpretes que en realidad no aportaron nada a este estilo del flamenco y, por el contrario, otros que dejaron su sello personal, con aportaciones de valor. Tal es el caso de Cayetano Muriel ("Niño de Cabra"), Carbonerillo, El Gloria, Frasquito Yerbabuena, Macandé, Manuel Torre... Ya, más cercanos en el tiempo, están los nombre de Manolo Caracol, Terremoto, El Sordera y pocos más.
El nombre de Pepe Marchena brilla con luz propia en la época de la "ópera flamenca", pues se le considera el intérprete que desrregionaliza el fandango y lo encauza por nuevos caminos.
Estos estilos personales fueron objeto de imitación por otros cantaores de segunda fila y por aficionados.
Molina y Mairena llegan a distinguir, dentro de los fandangos personales, cuatro grupos:
- Fandangos emparentados con los cantes de Huelva, donde se situan a los popularizados por Manuel Torre.
- Fandangos relacionados con las granaínas, siendo su representante principal Cepero.
- Fandangos influidos por las malagueñas, como algunos de los interpretados por Manolo Caracol, caracterizándolos por intercalar tercios de la malagueña de Enrique el Mellizo.
- Frandangos tributarios de la soleá, siendo intérprete destacado igualmente Caracol.
Bibliografía consultada
• Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco. Ed. Cinterco. Madrid, 1988.
• Mundo y formas del cante flamenco. R. Molina y A. Mairena. Ed. Al Andalus. Sevilla, 1973.
• Discoteca Ideal del Flamenco. Ángel Álvarez Caballero.
Discografía recomendada
• Magna Antología del Cante Flamenco. Hispavox, 1982.
• Por Fandangos. Hispavox, 1954.
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