LOS PALOS El Fandango (II)
FLAMENCO
LOS PALOS
El Fandango (II)
Entre los fandangos comarcales o locales más conocidos pueden citarse los siguientes:
Fandangos verdiales
Es un fandango malagueño que ha tenido mucha difusión. Surgieron de un verdial folclórico y tiene una amplia zona de influencia, que se extiende de Vélez Málaga a Marbella, Lucena y Baena, llegando su irradiación hasta otros puntos de Andalucia, como la capital granaína y toda la zona minera del este, como La Unión (Murcia), Linares (Jaén).
Su nombre viene de que nacieron como cante en un caserio pequeño de esa denominación, situado en el partido judicial de Torrox, en el oriente de la provincia de Málaga.
Es un cante rural, que se acompaña al baile, y se realiza con un marcado carácter colectivo. Su acompañamiento de guitarra, laud, violín, castañuelas y pandereta pertenece al ámbito puramente folclórico, anterior a la época de su influencia por el flamenco, momento en el que nace la versión puramente flamenca del fandango por verdiales.
Puede considerarse la más primitiva forma que se conserva del fandango andaluz. No obstante, no fue interpretado por las principales figuras del flamenco hasta tiempos muy recientes. Se citan como cantaores que cultivaron este estilo a Cayetano Muriel, El Cojo de Málaga, Escacena, Centeno, Frasquito Yerbabuena... y posiblemente Juan Breva.
Según Molina y Mairena, los verdiales actuales presentan tres formas. La de tipo A puede ser representada pot la siguiente letra:
La modalidad B es el tipo de verdial que más frecuentemente se suele cantar. La copla se inicia así:
o bien, esta otra:
La variante C es menos conocida, aunque se conserva en las comarcas de Baena, Puente Genil y Antequera, y su letra representativa es la siguiente:
Los tonos son distintos en los tres verdiales citados. La variante C se canta en tono grave. Las otras dos se cantan en tonos agudos.
Fandango de Lucena
En la provincia de Córdoba el fandango más conocido es el de Lucena. Aunque es un fandango de este pueblo cordobés, está emparentado con el estilo de los verdiales, por lo que podria agruparse con los fandangos de Málaga.
Según Molina y Mairena, dos son los fandangos de Lucena que se conocen: Uno que fue difundido por Cayetano Muriel y otro, muy apegado al estilo verdial, que fue interpretado por Escacena y "La Niña de los Peines". El primero es la variante debida a Rafaelillo Rivas y la segunda es la variante de Dolores de la Huerta.
Como modalidad de este fandango de Lucena, los autores citados anterormente señalan los "zánganos" de las huertas del Genil y los fandangos de Herrera.
Fandangos de la provincia de Granada
Las especies más conocidas de fandangos granaínos son el fandango de Peza y el de Guejar Sierra.
Los fandangos de Peza fueron muy populares en el último tercio del siglo XIX. Se ha dicho de ellos que son valientes y adruptos.
Fernando el de Triana se refiere a ellos y cita el nombre de una cantaora, natural de aquel pueblo, que actuó en Sevilla. Al parecer debutó con la siguiente letra:
El fandango de Guejar Sierra es de sabor folclórico, que se canta por turnos, y recuerda a las serenatas de los pueblos. A veces se presenta en forma de ronda.
Fandangos verdiales
Es un fandango malagueño que ha tenido mucha difusión. Surgieron de un verdial folclórico y tiene una amplia zona de influencia, que se extiende de Vélez Málaga a Marbella, Lucena y Baena, llegando su irradiación hasta otros puntos de Andalucia, como la capital granaína y toda la zona minera del este, como La Unión (Murcia), Linares (Jaén).
Su nombre viene de que nacieron como cante en un caserio pequeño de esa denominación, situado en el partido judicial de Torrox, en el oriente de la provincia de Málaga.
Es un cante rural, que se acompaña al baile, y se realiza con un marcado carácter colectivo. Su acompañamiento de guitarra, laud, violín, castañuelas y pandereta pertenece al ámbito puramente folclórico, anterior a la época de su influencia por el flamenco, momento en el que nace la versión puramente flamenca del fandango por verdiales.
Puede considerarse la más primitiva forma que se conserva del fandango andaluz. No obstante, no fue interpretado por las principales figuras del flamenco hasta tiempos muy recientes. Se citan como cantaores que cultivaron este estilo a Cayetano Muriel, El Cojo de Málaga, Escacena, Centeno, Frasquito Yerbabuena... y posiblemente Juan Breva.
Según Molina y Mairena, los verdiales actuales presentan tres formas. La de tipo A puede ser representada pot la siguiente letra:
De los verdiales vengo
yo vengo de los verdiales...
yo vengo de los verdiales...
La modalidad B es el tipo de verdial que más frecuentemente se suele cantar. La copla se inicia así:
Dos águilas imperiales
tiene el Rey en su bandera...
tiene el Rey en su bandera...
o bien, esta otra:
Hay una laguna clara
entre Córdoba y Lucena...
entre Córdoba y Lucena...
La variante C es menos conocida, aunque se conserva en las comarcas de Baena, Puente Genil y Antequera, y su letra representativa es la siguiente:
En "criticá" y "murmurá"
el tiempo que tú has "jechao"...
el tiempo que tú has "jechao"...
Los tonos son distintos en los tres verdiales citados. La variante C se canta en tono grave. Las otras dos se cantan en tonos agudos.
Fandango de Lucena
En la provincia de Córdoba el fandango más conocido es el de Lucena. Aunque es un fandango de este pueblo cordobés, está emparentado con el estilo de los verdiales, por lo que podria agruparse con los fandangos de Málaga.
Según Molina y Mairena, dos son los fandangos de Lucena que se conocen: Uno que fue difundido por Cayetano Muriel y otro, muy apegado al estilo verdial, que fue interpretado por Escacena y "La Niña de los Peines". El primero es la variante debida a Rafaelillo Rivas y la segunda es la variante de Dolores de la Huerta.
Como modalidad de este fandango de Lucena, los autores citados anterormente señalan los "zánganos" de las huertas del Genil y los fandangos de Herrera.
Fandangos de la provincia de Granada
Las especies más conocidas de fandangos granaínos son el fandango de Peza y el de Guejar Sierra.
Los fandangos de Peza fueron muy populares en el último tercio del siglo XIX. Se ha dicho de ellos que son valientes y adruptos.
Fernando el de Triana se refiere a ellos y cita el nombre de una cantaora, natural de aquel pueblo, que actuó en Sevilla. Al parecer debutó con la siguiente letra:
Soy de la Peza, peceña;
de los montes, montecina;
y para servir a ustedes
soy de graná, granaína...
de los montes, montecina;
y para servir a ustedes
soy de graná, granaína...
El fandango de Guejar Sierra es de sabor folclórico, que se canta por turnos, y recuerda a las serenatas de los pueblos. A veces se presenta en forma de ronda.
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