jueves, 8 de diciembre de 2011

FLAMENCO - Un puñado de arena



FLAMENCO

Un puñado de arena
El título anterior corresponde a un libro de poesías japonesas publicado en Japón en 1910, cuyo autor es Sin-ichi Isikana, que escribió bajo el seudónimo de "Takuboku" (Arbol susurrante). En Japón este autor está considerado como "uno de los mayores poetas de todos los tiempos y como creador de la poesía moderna".

El libro reúne 55l "tankas", poemas cortos cuya temática está constituida por los "sucesos de la vida", apartándose de la tradición centenaria nipona que cantaba las bellezas naturales. El traductor (l) de este libro de poemas ha utilizado la métrica de la seguiriya gitana para verter los "tankas" al español. Como es sabido, la seguiriya gitana es un poema de cuatro versos, teniendo los dos primeros y el último seis sílabas, siendo el tercero endecasílabo, dividido en dos hemistiquios. Al dividirse el tercer verso de la seguiriya en dos partes, prácticamente se convierte en un poema de cinco versos, adoptando una estructura similar a los "tanka" japoneses de Takuboku. Pero la similitud no se circunscribe solamente a la forma, sino que la esencia, el fundo del poema, es similar en el "tamka" y en la seguiriya. El mismo desgarro, el mismo sentimiento, la misma emoción. Ambos cantes nacen , sacándolos de las entrañas, para cantar los "sucesos de la vida". Véase la muestra:
Dice Takuboku en uno de sus "tanka":

Para llorar sólo
fui a una posada.
Aquellas mantas
que me dieron allí
¡como me aliviaban!


Que traducido a los cuatro versos de la seguiriya:

Para llorar solo
fui a una posada
Aquellas mantas que me dieron allí
¡como me aliviaban!


Y así podríamos hacer con los demás "tankas", de las que recogemos una pequeña muestra:

Le descubrí el pecho
como hace un amigo.
Y me di cuenta
que no me entendía.
Seguí mi camino.

El candil de siempre
me traía harto.
Conque tres días
estuve usando vela,
y me gustó el cambio.

A nadie en el mundo
le falta su casa.
¡Ay! yo en la mía,
como el que se entierra,
me meto en la cama.

Si el mendigo es ruin
mira y no te enfades,
que ¡Ay compañero!
lo mismo soy yo
cuando paso hambre.

La anegaba el llanto
y no lo enjugaba,
y me mostraba
un puñado de arena.
No puedo olvidarla.


Takobuko murió en Tokio el 13 de abril de 1912. Tenía 23 años de edad." Su vida fue un compendio de enfermedades, fracasos, miseria, soledad, problemas familiares, vagabundeo, desengaños. Reflejo de esta vida fueron sus poemas, sus "tankas".




(1) D. Antonio Cabezas es el traductor de la obra de Sin - ichi Isikana (Takubocu). Profesor de Estudios Hispánicos en varias Universidades de Kioto, reside en Japón desde 1957. 
Horizonte Flamenco: El flamenco, historia, palos y protagonistas                             

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