Francisco Zambrano cuenta la vida del célebre Niño Fregenal
FLAMENCO
Francisco Zambrano cuenta la vida del célebre Niño Fregenal
Manuel Bohórquez
Los que somos apasionados de las biografías de artistas flamencos celebramos por todo lo alto cada libro que se ocupa de algún fenómeno del cante, el toque o el baile. Los artistas son los verdaderos protagonistas del flamenco, los que crearon esta maravilla para, en la mayoría de los casos, acabar en una fosa común. Hasta hace pocos años apenas había biografías en el flamenco.
Fue Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, padre los poetas sevilanos Antonio y Manuel Machado, el primero que escribió una biografía
sobre un cantaor de flamenco y lo hizo como apéndice de su célebre obra Colección de cantes flamenos (1881), libro de referencia. Se ocupó del genio sevillano Silverio Franconetti y gracias a los datos que aportó sabemos hoy muchas cosas de su vida.
Cincuenta y tres años más tarde fue el sevillano Fernando el de Triana –en realidad nació en la calle Pozo, en San Luis–, quien se decidió a dar a conocer en un libro imprescindible, Arte y artistas flamencos, los datos más precisos sobre la mayoría de los artistas del XIX. Es una obra que tiene sus lagunas y que algún día habría que reeditar en condiciones, pero que sin él no sabríamos casi nada de aquellos genios que hacían las delicias de los aficionados en cafés sevillanos como los de Manuel Ojeda El Burrero y Silverio.
A partir de los años 70 del pasado siglo salieron ya muy buenas biografías flamencas, como las de José Luis Ortiz Nuevo a Pepe el de la Matrona y Pericón de Cádiz, o la que el escritor madrileño José Blas Vega le hizo al gran Don Antonio Chacón, que nos señaló el camino.
Hemos recibido una biografía del Niño de Fregenal, gran estilista de Fregenal de la Sierra(Badajoz), cantaor de hermosa voz y sello propio por fandangos, que en los años 20 se afincó en Sevilla para poder vivir del cante. Y en esta ciudad murió, en 1986, dejándonos huérfanos de una de las voces más bonitas del cante, cuando vivía en la flamenquísima y macarena calle Torrijiano, de donde eran los también cantaores José Rodríguez El Colorao y Pepe Pinto, y donde está la Peña Cultural Flamenca Torres Macarena.
Su biógrafo, Francisco Zambrano Vázquez, del pueblo de Fuente de Cantos (Badajoz), se ha encargado de localizar la documentación necesaria para poder contar su vida artística con toda clase de detalles, aportando una gran cantidad de documentos gráficos, entrevistas y testimonios de compañeros, críticos y aficionados.
Francisco Zambrano le ha hecho justicia a un cantaor entrañable, extremeño pero hecho en Sevilla, aunque nunca perdió el aire de su tierra, de la que hablaba siempre con cariño. Lo recuerdo ya mayor sentado en el Bar Esperanza, de la Macarena, soñando despierto con viejas hazañas por los teatros de España y más tieso que la mojama. También muerto de sueño en la ya desaparecida Venta Vega de Sevilla junto al guitarrista Antonio Sanlúcar, el Gordito de Triana, el Niño de Arahal y Cepero de Cantillana, entre otros de su tiempo, esperando a que un señorito rumboso le solucionara el puchero de su casa. Enjuto de carnes, simpático y educado, siempre con una copla de más y cargado de vivencias, el Niño de Fregenal, el de “la voz cristalina”, como lo llama su biógrafo, estará siempre en nuestro recuerdo. Esta magnífica biografía, que contiene un CD con sus fandangos y seguidores de su escuela, ayudará también mucho.
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